La pachamama

LA PACHAMAMA

Por Arnaldo Quispe

Las creencias acerca de la pachamama constituyen el centro medular de la espiritualidad y cosmovisión andina. Pachamama tiene su significado en dos palabras pacha y mama. Pacha es un concepto complejo que se traduce en universo, tiempo-espacio, creación, mientras que mama es la madre naturaleza que concibe la vida. Hasta la actualidad se asigna a pachamama el significado de “madre tierra”, lo cual es aceptable en la medida que la tierra representa la pachamama, pues la tierra para los andinos tiene relación con la unidad del mundo. No es un error comparar madre tierra y pachamama, pues no se está haciendo referencia a una tierra física e inerte. Por el contrario el poblador concibe la tierra como algo vital, con dinamismo y fuerzas que holísticamente configuran y sinergizan todo cuanto existe.

La pachamama es la madre tierra, pues la tierra para los andinos es el universo mismo, su espacio-tiempo y su medio de subsistencia, la madre tierra lo cobija, alimenta, le brinda el agua y los necesario para vivir. Todo cuanto existe, plantas, animales, personas, piedras, cerros, ríos, vientos, todo tiene vida y se relacionan entre sí en mayor o menor medida. Dentro de este animismo andino, las piedras aunque parezcan inertes tienen un propósito y ocupan parte dentro del universo holístico. En el mundo andino todas las criaturas existentes a la par que la humanidad sean plantas, árboles y animales son considerados hermanos, pues provienen de la gran madre, que es la pachamama.

La tierra sin embargo tiene otro significado que hay que tener en cuenta, un poco menos empleado pero muy importante para algunas comunidades andinas. “Allpa” es el siginificado quechua correcto de tierra, pero está más asociado a la tierra física, a la agricultura, a siembras y cosechas, y a algunas muestras de ritualidad. Cuando se habla de Allpamama se intenta apoyar las creencias en Pachamama, lo cual no es un error, pero hay que considerar y repetir que “Pachamama” es el término más difundido y aceptado en el extenso territorio andino para referirse a la TIERRA, como universo vivo. El término es incluso compartido por pueblos con dialectos diferentes como los quechuas y aymaras.

Pacha también tiene connotación de tiempo-espacio, a diferencia del tiempo occidental que es horizontal y plano, el tiempo para los andinos es circular, una gran rueda de vida que gira y vive en el presente de manera permanente. Los andinos suelen hablar con sus ancestros como si estuvieran presentes en casa, lo cual no representa ninguna patología mental. Para los andinos los ancestros viven dentro de un contexto mental presente en el aquí y ahora.

La pachamama tiene su complemento que es pachatata, representado por las fuerzas masculinas, el Sol, que es el soplo, el impulso, la luz, la racionalidad. Aunque es menos usado pachatata es parte de la dualidad. El sol o Inti representa a pachatata con su fuerza e inteligencia. Las fiestas de Intiraymi son ofrendas hacia la divinidad solar. En tiempos de los Incas Intihuatana representaba los espacios sagrados (wacas) en donde el poblador tenía una alianza con la fuerza del Sol. Estos monumentos tallados en piedra se extendieron a lo largo y ancho del Tawantinsuyo, aunque se piensa que solo existía en Machupicchu, lo cual es un error.

El ritual más importante hacia la pachamama es la “ofrenda”, conocido como pago (pagapu) o despacho. Aunque numerosos maestros de espiritualidad andina coinciden en señalar que mencionar “pago” no es correcto por que a la madre tierra no se le paga nada, pues se trata de una ofrenda de agradecimiento dentro del contexto de la Ley del Ayni (reciprocidad). La ofrenda a la pachamama es la ceremonia central más extensa dentro del territorio andino dirigido por un paqo (maestro). Las ceremonias-rituales a la pachamama  representan la alianza entre la humanidad y la madre tierra.

El contexto de la pachamama es similar al Gran Espíritu (Wakan Tanka) de los pueblos indígenas de las praderas de Norteamérica. Las similitudes en cuanto a creencias y cosmovisión de los indígenas de las praderas de Norteamérica y los pueblos andinos son congruentes, al igual que los principios y leyes fundamentales de espiritualidad que son comunes. Hoy en día cuando se habla de “camino rojo” se hace referencia al eje espiritual que existe en américa continental, de Norte a Sur o Sur a Norte, una macro filosofía de vida compartida por todos los pueblos de origen indígena que resurge y fluye a la luz del nuevo milenio.

Fuente: http://www.takiruna.com

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