El ayni con la madre tierra

ayni con la madre tierra

EL AYNI CON LA MADRE TIERRA

Por Arnaldo Quispe

La madre tierra es comúnmente conocida como pachamama, aunque la palabra quechua más exacta para referirse a ella sea “allpa mama”. La pachamama es una concepción muy amplia dentro de las tradiciones andinas, pues se emplea para referirse no sólo a la madre tierra, sino a la naturaleza, al cósmos y hasta el tiempo y el espacio. Este concepto todavía vasto a lo largo y ancho de los Andes, es aceptado por las actuales poblaciones quechua-aymaras y reune la filosofía, el modo de pensar y las creencias de la cosmovisión andina, conformando un paradigma que no puede estar ausente de la medicina tradicional y el chamanismo actual emergente. La Allpa mama, es una palabra poco empleada, pero que sin embargo hace referencia exclusiva al elemento tierra. Las tradiciones andinas son flexibles y no admiten conflictos por emplear uno u otro término, por lo que el uso de ambas concepciones son aceptadas.

La madre tierra como ningún otro elemento posee propiedades terapéuticas de las que uno ni se imagina. Hoy quiero referirme a la propiedad de transmutar la energía pesada en energía refinada. La energía humana pesada en las tradiciones andinas es conocida como jucha o hucha, esta tiende a alojarse en el poqpo (nuestro “aura” energético) y representa la concentración espontánea de vibraciones de las que el cuerpo energético se carga en exceso durante el día, ya sea por su provenienza interna o externa, siendo el exceso de jucha el responsable de los bloqueos de energía y por ende del inicio de muchas enfermedades. Un jucha externo está representado por energía que circula en el ambiente, creada espontáneamente fruto de la incomprensión, la enfermedad, los sentimientos de tristeza, envidia e ira, la guerra, la enajenación y la delincuencia. Un jucha interno representa las propias cargas creadas por pensamientos y sentimientos impuros que frenan nuestro crecimiento espiritual. La obsesión, el miedo, las preocupaciones y la ira son la mejor fuente de energía pesada desde el interior. En ambos casos la materialización de jucha externo o interno promueve la aparición de malestar, dolor y enfermedad.

La energía refinada o sami es un tipo de vibración pura, cósmica, que cura y produce amor. El sami existe como complemento del jucha, no es su contraparte pues en las tradiciones andinas no existen mayores antagonismos, como los hay en el pensamiento occidental. La complementariedad (yanantin-masantin) de estas energías producen dinámicas permanentes dentro del sistema del poqpo. Una correcta armonía entre estas fuerzas produce la vitalidad y fluidez necesarios para un equilibrio entre los elementos que componen la naturaleza humana.

El poqpo para las tradiciones andinas es nuestra aura, campo o bola energética natural, que proviene desde el nacimiento y que nos acompaña hasta la muerte física. Este poqpo en su estado saludable permite el fluir continuo de las energías naturales hacia el cuerpo energético personal. El poqpo o aura humana aloja la energía pesante o jucha en exceso. Cuando un poqpo es sano, fuerte y muy bien distribuido tiende a reciclar espontáneamente en la madre tierra el exceso de jucha, logrando obtener a cambio energía refinada o sami, que la tierra ofrece como compensación, a este proceso se le llama ayni o reciprocidad andina de la pachamama.

La tierra o allpa simboliza un estómago natural en el cósmos andino, que ingiere sin problemas el jucha humano, personal, grupal o social. Es más, la tierra se nutre de jucha y no debemos preocuparnos por contaminarla con el producto de nuestra energía pesada. En otras palabras, la madre tierra necesita de nuestro jucha. Las tradiciones andinas nos refieren que una de las propiedades terapéuticas de la madre tierra es transmutar la energía pesante o jucha en energía refinada o sami, por lo que la energía refinada no se podría obtener sin antes haber ofrendado nuestra jucha personal. Este proceso refleja en esencia el “ayni” de la madre tierra, es decir la reciprocidad. Por ello, si creemos que somos portadores de excesos de energías pesadas o vivimos rodeados y muy expuestos a ella, pues será conveniente aprender algunas técnicas de nuestros antepasados indígenas que subsisten hasta el día de hoy, a pesar del abandono y la opresión de cinco siglos de exclusión y marginamiento.

En las tradiciones andinas, debemos partir de la base de que el jucha es una energía natural que asimilamos en la vida cotidiana, y que esta se transmuta naturalmente, la alquimia de esta energía se da precisamente en la madre tierra. Una forma de eliminar jucha es manipularla deliberadamente, frotando con las manos el poqpo de arriba hacia abajo, a razón de un baño energético conocido como “barrido” en reiki. En este caso, el jucha debe ser encauzado por las manos que son como esponjas parabólicas, que absorven con mayor propiedad los excesos de energía. Una vez que hayamos repetido dos o tres esta operación siempre en dirección a la madre tierra, llegamos al punto de comenzar a sacudir nuestras manos y frotar una con la otra para liberarse del jucha depositado en ellas. La pachamama con su inteligencia hace el resto del trabajo, y como no permite que el poqpo se quede vacío emana posteriormente energía sami desde la base de los pies hasta el resto del sistema energético. Una limpieza sencilla que puede durar de dos a cinco minutos, pero que resultará una manera práctica para equilibrar en breve tiempo nuestro sistema energético vital.

Fuente: http://www.takiruna.com

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Una respuesta a El ayni con la madre tierra

  1. MUY INTERESANTE, GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS CONOCIMIENTOS TAN IMPORTANTES QUE DESAFORTUNADAMENTE, DESCONOCEMOS EN ESTOS LARES…. LES AGRADEZCO, DEBO DE DESHACERME DE ESTA , Y ENTREGARSELA A LA PACHAMAMA YA NO PUEDO CARGARLA DE LI PESADO QUE ESTA,

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