Los emisarios del bosque – cuento

selva verdeLOS EMISARIOS DEL BOSQUE

Autor: Arnaldo Quispe

Dos jóvenes shipibos fueron encomendados por su tribu para llevar regalos y un mensaje importante al dueño de la selva, que según tenían entendido era alguien llamado “presidente”. A nombre de la tribu debían informarle a este señor que la madre selva estaba siendo afectada por inescrupulosos madereros que continuamente destruyen todo a su paso, matando de modo despiadado los grandes árboles sagrados. En su largo viaje hacia la Lima la capital, ellos caminaron durante todo el trayecto a pie, cruzaron grandes selvas, montañas, nevados, ríos y continuaron por un duro camino serpenteado hasta llegar finalmente a la gran ciudad.

Cuando llegaron a Lima la capital, todos a su alrededor los miraban extrañados y muchos se reían solo al verlos, pues estaban semidesnudos y llevaban atuendos aborígenes. Más de uno comenzó a mostrar gestos desaprobatorios y hasta insultarles, como ellos no entendían las palabras, miraban en los gestos de las personas solo rechazo y confusión. Ellos no hablaban la lengua de la ciudad y no encontraron a nadie que les ayudase en ese sentido. Cuando llegaron a un gran centro comercial de la ciudad muchos comerciantes los trataron de locos y alertaron a la policía porque según ellos incomodaban a los clientes por estar semidesnudos. De ese modo fueron conducidos a la comisaría más cercana, en donde los uniformados no sabían qué hacer con estos incomprendidos indios shipibos.

Como en la comisaría todos estaban ocupados con sus cosas y no tenían mucha paciencia con ellos, decidieron llevarlos al cuartel militar, pues eran jóvenes y podían ser útiles al servir a la patria. Estos jóvenes aprendieron a la fuerza muchas cosas y de a poco conocieron la lengua de las gentes de la ciudad, al cabo de unos meses fueron llevados a un cuartel de la selva y por sus habilidades resultaron ser los mejores exploradores y rastreadores del entero regimiento. Al cabo de dos años, cuando concluyó el servicio militar todo intento de hablar con el dueño de la Selva, al que llamaban “presidente”, fue inútil pues a pesar de hablar la lengua de la ciudad nadie creía que eran emisarios de una gran nación shipiba.

Cuando pasó el tiempo y no sabiendo qué hacer ni donde vivir, decidieron regresar a sus tribus en la selva, el viaje de retorno fue muy rápido pues viajaron en medios de transporte. Se internaron en lo profundo del bosque en cuestión de horas, pero no encontraron el menor rastro de su propia tribu, era como si la tierra se los hubiera tragado, buscaron en vano el menor indicio pero nunca más supieron de sus familias y amigos. Ellos sin saber qué hacer optaron por caminar eternamente en la selva sin parar, como si buscasen en cada pedazo de bosque, árbol, piedra, planta o animal algún recuerdo de sus familias. Fueron desde entonces los exploradores nómades más incansables de la selva y compañeros hasta la muerte, últimos descendientes de una gran nación originaria.

Fuente: www.takiruna.com

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3 respuestas a Los emisarios del bosque – cuento

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  2. Un cuento muy bonito. Sin embargo, hay dos palabras que están fuera del contexto o que no debería esta en el cuento o en el texto, las palabras son los siguiente: SEMIDESNUDO (Los Shipibo-Konibo no son semisdesnudo, te recomiendo que leas más, que investigues más, conocer más a la cultura que vas a escribir. ) Siguiente INDIOS ( Los indios esta en india y los Shipibos no están en india. Es una falta de respeto a la cultura y todas las culturas de nuestro estado peruano u otros. Además, es una palabra discriminatorio.)

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    • Apreciado Inin, te agradezco la gentileza en comentar sobre la naturaleza de uno de los cuentos de mi blog del cual soy autor. En parte me permito aclarar que tienes la razón y tendríamos que corregir nuestra propias palabras o todo cuanto se ha creado, libros, novelas, cuentos, etc. por ejemplo la historia oficial peruana es según mi opinión es algo que hay que corregir, debido a que se encuentra llena de elementos falsos y escritas siempre bajo los intereses de las clases dominantes y de los grupos religiosos. En fin te doy la razón de tu malestar en el caso te sientas discriminado por una de las palabras en el cuento, algo con lo cual puedo afirmar que en lo personal no escribo para darle una carga discriminatoria a alguien ni mucho menos, si supieras de los pueblos de los cuales soy originario y toda mi familia, probablemente te quedarías asombrado y hasta podría decirte que aún cuando en mis años escolares o universitarios haya sido objeto de todo tipo de discriminación en la propia Lima, eso jamás ha menguado en mi persona y puedo afirmar que me siento plenamente identificado con las culturas originarias, las cuales respeto y admiro. Hoy me siento orgulloso por mi cultura andina, por quién soy y lo que comparto y enseño en las conferencias en todo el mundo donde me invitan claro está.
      Te cuento que cuando se me ocurrió escribir este cuento, me inspiré en algunas danzas shipibas en donde el atuendo hace suponer que no usa tradicionalmente calzado y en muchos casos las piernas o el abdomen quedan expuestos. Jamás pondría la palabra «desnudo» porque no corresponde eso sí con la realidad. Sin embargo incluir «semidesnudo» no le veo y no siento que haya cometido ningún atropello o delito intelectual o cultural, el cuento se lo he leído a algunos amigos shipibos que tengo y ninguno se ha sentido ofendido de ninguna manera. Esto porque creo por el efecto de como te sientes…. no por cómo te hacen sentir que es diferente en cada caso. Yo mismo cuando puedo ando semidesnudo en casa y casi siempre descalzo, aunque esto es por el efecto del calor del verano.
      Sobre la palabra «indio» es allí donde se puede abrir una larga discusión dado que tiene un origen anecdótico que se remonta al propio Cristobal Colón, pues creyendo que América se trataba de las Indias, pues dio por entendido que los habitantes americanos eran todos indios, esto se ha empleado desde entonces, el hecho que se considere adjetivado como discriminatorio o incorrecto es una cuestión real, dado tanto maltrato y sumisión hacia quienes representa esta denominación, en lo personal creo que en los tiempos actuales es más una cuestión casi superada, pero que cada uno lo siente en su interior como un sentimiento extrañamente ambivalente. Es decir en lo intrínseco se sufre por algo que no depende de nosotros sino más bien de la propia historia del pasado. Yo por mi parte digo que hay una connotación ambivalente porque muchos jóvenes por ejemplo tienen lo que yo llamo una doble actitud moral respecto de la propia identidad cultural peruana. Muchos dicen ser autóctonos, aborígenes o nativos de los pueblos originarios, pero se encuentran en un estado completo de abandono de las propios valores culturales, alienados por las universidades, vestidos con ropas de marca y empapados de música enlatada extranjera. Muchos dicen ser descendientes de los grandes pueblos andinos, como los Incas, pero se pelean con insultos interminables con sus pares bolivianos, chilenos o ecuatorianos. Otro ejemplo muchos jóvenes se pelean parcialmente entre pueblos vecinos, esta lucha no es con armas obviamente pero si en cada caso cuando la oportunidad se presenta: festividades o manifestaciones públicas.
      Yo por ejemplo no me explico como podríamos cambiar los adjetivos o palabras de muchas obras, que respetando el sentido que manifiestas, habría que pedir a las casas editoriales que las obras de Arguedas, Scorza, de Ciro Alegría, Vallejo y otros tenga que ser corregida o cambiada. O igual decirle a nuestro gran maestro Pablo Amaringo que porque ha pintado dioses de otras culturas que no son shipibas… Bueno apreciado Inin, creo que el arte ya sea escrito, oral o momumental se respeta de igual manera y si modificaría una sola palabra de lo que escribo porque a alguien no le gusta o no está de acuerdo, es algo con lo que no puedo estar de acuerdo, de lo contrario tendría que dedicarme a otra cosa y a mis casi 50 años decir que mi creatividad no sirve para más.
      Muchos saludos y si deseas comenzar una polémica al respecto, que sepas que no dispongo de mucho tiempo y que podré responder solo después de haber realizado mis trabajos jornaleros. Saludos. A. Quispe.

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