De la amenaza a la oportunidad

aureolaDE LA AMENAZA A LA OPORTUNIDAD

Por Arnaldo Quispe

Una de las cosas que más extraño en estos momentos actuales son los abrazos andinos que ya estabamos comenzando a difundir en los cuatro vientos, la oportunidad de dar, recibir y expresar afecto siempre será una oportunidad de aprender algo sobre nosoros mismos y de tocar algún aspecto de nuestra sanación interior. El abrazo transmite esa energía «sami», sutil de la que somos portadores permitiendo que el nivel de vibración se eleve en común y se logre la sintonía humana deseada.

Este post sin embargo no trata del abrazo, temática sobre el cual tengo mucho de qué compartir. Este espacio ventila un aspecto humano muy notorio del cual según mi percepción pocos se ocupan y hasta evitan hablar, en lo referente a la sensación de desaliento, miedo y pánico que viene generando esta emergencia sanitaria cada vez más difusa y presente en nuestra vida cotidiana actual.

Debo referir que en mi caso en particular vivo en el norte de Italia, en una provincia adyacente a la zona declarada como «roja», al momento las cosas se están poniendo color de hormiga y el gobierno con sus autoridades día a día dictaminan medidas sanitarias civiles para contrarrestar la difusión de este «coronavirus». Observo que la mayor parte de la gente en la zona donde vivo ya ha adoptado como suyas estas medidas sanitarias y en la gran mayoría de casos la sociedad entera italiana se está activando responsablemente para colaborar en todo orden de cosas a fin de disminuir la propagación de esta epidemia.

Escucho decir que la China e Italia son ejemplos de lo que va a suceder tarde o temprano en el resto del mundo y que por ese motivo estos países son tomados en cuenta para adoptar medidas preventivas urgentes. Muchos de mis amigos me preguntan y por qué precisamente en Italia se ha desencadenado esta situación y sobre todo de manera tan rápida y hasta irracional. Yo la verdad con todos los años que vivo aquí soy uno que evita de responder de manera fácil a esta pregunta y dejo que sean los propios italianos que respondan por esta cuestión, lo cierto es que muchos de mis amigos italianos hablan acerca de la propia idiosincracia y de constantes contradicciones en sus diversos sectores. Y ahí dejo el tema.

El punto es que la emergencia sanitaria ya ni siquiera está a la vuelta de la esquina, ya está por todas partes y hasta ha llegado a casa gracias a los medio de comunicación… y por otro lado las redes no hacen sino alimentar el pánico colectivo que vive la sociedad actual. los medios según mi punto de vista no hacen sino colaborar con el estrés, la angustia, hipocondria y el miedo que en muchos casos se está traduciendo en transtornos emocionales que no muy pocas personas manifiestan incluso somatizando los síntomas de la gripe simple. Este tema se está saliendo del control cuando las redes sociales que tenemos en frente de nuestras narices no hacen sino vulnerar nuestras propias defensas, desde que despertamos hasta que nos acostamos, alimentándonos de este pánico colectivo que a mi percepción es la verdadera pandemia mundial.

¿Qué hacer?. Esta pregunta me hace recordar el tema del «amor en los tiempos del cólera», y creo que aún cuando esta emergencia es real y ya nos toca las puertas de nuestras casas, la mejor acción es colaborar estrictamente con las medidas sanitarias propuestas para el colectivo social, en este caso mencionaré lo que recuerdo:

  • Evitar lugares públicos y concentraciones de gente
  • Estar en casa y salir solo para lo indispensable
  • Lavarse las manos en continuidad
  • Desinfectar las manijas de puertas y todo lo metálico
  • Evitar el contacto físico. Nada de abrazos, besos o apretones de manos
  • Estar a un metro de distancia en los lugares públicos…
  • Evitar tocarse la boca, naris y ojos
  • No compartir toallas de cara o manos, secarse con papel toalla
  • Usar mascarillas y guantes en lugares de tránsito (estaciones y aeropuertos)
  • Pasar mayor tiempo en el Sol y beber solo líquidos calientes

Son estas algunas de las medidas que son ya oficiales, algunas de las cuales son sugerencias que dan mayor resultado. Si observamos en este esquema de recomendaciones en ningún caso se menciona qué hacer en casa y nadie trabaja para ofrecer alternativas positivas para este panorama de cambios. Es allí donde hay que enfocarnos todos… sobre todo los que ocupamos un rol sanitario (en mi caso psicólogo) en ofrecer mayor creatividad y alternativas para el mejor uso del tiempo libre porque ahora sí resulta este un tema URGENTE. Hay muchos contactos y amigos que comienzan a manifestar «estrés de casa«, de no saber qué hacer ni en qué ocuparse, lo cual en algunos casos genera inclusive mayor estrés, angustía y en algunos casos pánico y claustrofobia.

Es hora de proponer alternativas y hasta un abanico de opciones para el simple hecho de «estar en casa«. En primer lugar según mi punto de vista no se trata de tiempo de ocio… hay muchas cosas que se pueden hacer en casa como es el caso de emplear positivamente el Internet para estudiar o trabajar haciendo uso de las plataformas que sean necesarias. Es tiempo de ocuparse de aquellos «trabajitos» que se necesitan hacer dentro de casa que hemos dejado por ese síndrome egoístico de «estar ocupados»… es hora de refaccionar aquellos aparatos que hemos dejado de lado, de pintar aquellos muebles o puertas que esperan por nosotros, de hacer trabajos en arcilla o cerámica, de escribir aquellos poemas o textos para nuestros diarios, de leer aquellos libros que hemos comprado sin haber pasado de la introducción. Es hora de meditar, de practicar ejercicios de respiración, de hacer cursos de yoga en casa, de escuchar música y danzar… de practicar diversas formas de chamanismo en casa. De estar en pareja (con calidad), con los hijos y con nuestros animales, de llamar a nuestros familiares que viven lejos.

Son mil cosas que se pueden hacer mientras dura esta emergencia sanitaria y no hay que quedarse de brazos cruzados y pasivos ante tanta televisión que solo genera más pánico y hasta descontrol . Es más no recomiendo ver la televisión ni los noticieros, o por lo menos una vez al día pero nunca jamás en la hora de las comidas. La televisión no ayuda en estos tiempos y no hace sino que generar mayor «estrés» en los hogares, esto no quiere decir necesariamente que uno deba estar desinformado, por lo que solo basta ver las noticias como repito una vez al día o leer un diario (por Internet) para estar a la vanguardia del problema.

Definitivamente no recomiendo estar de brazos cruzados, esperando que alguien solucione los propios problemas… NO… es hora de actuar, de generar y trasmitir seguridad, confianza en la gente, optimismo y fe porque nosotros los humanos saldremos de esta con la frente en alto, más fuertes, orgullosos de haber dado una mano de solidaridad en el propio hogar, que es lo que el mundo necesita en este crucial momento.

Es hora de abrir (en casa) los pulmones y respirar profundo por la energía SAMI que nos nutre, es hora de agradecer el pan que nos llega a la boca como un don creador de nuestra madre tierra, es hora de agradecer nuestros cuerpos por su calor, sus defensas y su amor, por ser el templo para que podamos tener presencia y ocupar ese lugar sagrado en el mundo, que resuena cuando nos llaman por nuestro nombre. Es hora de pensar en nuestra autoestima, de sanarnos mútuamente perdonando, de dejar atrás viejos esquemas, de cambiar y recuperar el tiempo perdido, la hora de recuperar ese sentimiento de SER HUMANO y juntos saldremos de esta.

Fuente: http://www.takiruna.com

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Una respuesta a De la amenaza a la oportunidad

  1. Manuel Mesías Córdova dijo:

    GRACIAS POR TODA LA INFORMACION COMPARTIDA, QUE HA SIDO DE MUCHA VALIA PARA CONOCER LOS VALORES DE LOS PUEBLOS ANDINOS, SUS SABIDURIAS Y SU CIENCIA. SIERRA CENTRAL DEL ECUADOR. MESÍAS CÓRDOVA

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