EL RUNA ANDINO Y LA MADRE NATURALEZA
La civilización occidental busca humanizar a la naturaleza, la civilización andina busca naturalizar al ser humano, entendiendo que el runa, «ser humano» en quechua, es parte de la naturaleza, es hijo de la madre naturaleza, y no al revés, por ende la comunidad andina no concibe el ayllu (Aldea) como una comunidad humana separada de la naturaleza, sino como parte misma de la naturaleza, el poblador andino no extermina a los animales y plantas silvestres, por el contrario el Ayllu o Comunidad andina, incluye a los seres humanos, el territorio como un ente vivo, las montañas, ríos, bosques y animales, todos son considerados sagrados y co-habitantes del ayllu.
El ser humano andino, no busca luchar contra la naturaleza, ni dominarla, busca por el contrario, estar en armonía y equilibrio con la naturaleza, conocedor por experiencia que cualquier daño a la “allpamama “- Madre Tierra, repercutirá directamente en la vida de la comunidad.
Es naturalista y comunitarista en cuando favorece el desarrollo de la moralidad natural e innata del ser humano social, miembro social de una comunidad mayor, es decir no ignora las leyes biológicas y físicas de la naturaleza, ni pretende ir contra ellas, por ello el ser humano andino no concibe el individualismo excluyente ni considera que el ser humano sea un ente aislado, por el contrario es comunitarista, queriendo entender por dicho termino, el vivir en comunidad, el pensar en sentido colectivo, reciproco, de ayuda mutua, y de trabajo comunal.
El ser humano andino, todo lo que hace, lo hace en forma comunal, colectiva, y comunitaria, no concibe la apropiación egoísta de la tierra y de los recursos en beneficio personal, pues genera perjuicio a la comunidad y al interés colectivo.
Por último el poblador andino no desdeña el trabajo, es por el contrario laborioso y trabajador desde tiempos inmemoriales, esto debido a que el trabajo antiguamente estaba asociado al placer y la festividad, es decir, las mayores jornadas de trabajo comunal coincidían con las fechas festivas, donde se compartía danzas, bailes, juegos y la alegría de concluir la faena.
Fuente: ICP Institución Cultural Pachayachachiq.
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