Caral, la ciudad madre

piramides de caral

CARAL, LA CIUDAD MADRE

Por Arnaldo Quispe

Para hablar de la importancia de Caral es igualmente importante en primer lugar ir a Caral…

Caral es uno de esos yacimientos arqueológicos más extraordinarios, sorprendentes e enigmáticos descubiertos casi en el umbral del cambio del milenio. Por curioso que pueda parecer aún los libros de educación escolar en Perú apenas acaban de incluir el Status Quo de esta civilización dentro de la currícula regular. Hace poco pero muy poco tiempo se afirmaba que Chavín de Huántar (1,500 aC.) era el foco de la civilización andina, hoy con Caral el escenario ha cambiado drásticamente, permitiendo entre otras cosas el rompimiento de numerosos mitos y suposiciones dentro de la propia historia peruana y de la entera humanidad.

Hoy se reconoce a Caral una antigüedad que se remonta de 4,500 a 4,900 años desde el momento actual. Situación que la coloca a la par que civilizaciones como Mesopotamia, China, India y Egipto, motivo por el cual científicamente se le asigna como el primer foco de civilización no solo en la región andina sino en todo el continente americano. Esto ha permitido que la Unesco le otorgue el título de patrimonio de la humanidad desde el año 2009.

Entre las personalidades que cabe destacar por su notable labor de investigación y activismo a favor del rescate de Caral, se encuentra la arqueóloga peruana Ruth Shady (n.1946), artífice innegable de los primeros reportes e investigaciones que sustentan la presencia de esta civilización matriz. Probablemente una de los enigmas resueltos con Caral permiten aclarar que esta civilización en particular surgió como consecuencia del comercio y de la vida pacífica entre sus habitantes, desechando la teoría de la guerra como punto de surgimiento de los primeros focos civilizatorios en el mundo entero.

Desde que salieran a la luz los primeros reportajes televisivos a cargo de grandes medios como BBC y National Geographic sobre Caral y luego de publicados algunos textos… en el momento actual el escenario excavado es más claro y hoy tenemos el agrado de ver de primera mano las portentosas edificaciones desenterradas en el desierto. Durante nuestra visita el guía nos recuerda que las excavaciones respetan el estado original en el que encuentran las construcciones, en el sentido que no se modifica, ni altera, ni reconstruye nada bajo ninguna forma, algo que si fue evidente en otros hallazgos arqueológicos en América como Tilcara en Argentina o Teotihuacán en México por ejemplo.

Caral es una ciudad considerada sagrada por la presencia de recintos y adoratorios dedicados a sus divinidades, a los elementos, a la dualidad y por la evidencia pacífica en que se desarrolló y tuvo hegemonía. Hasta la fecha no se ha encontrado ninguna evidencia de guerra, conflicto, presencia de armas o muerte por sacrificios humanos.

La arqueología moderna operativa en Caral ha permitido entre otras cosas descubrir el uso arcaico de la chakana (cruz andina) y los kipus (sistema de cuerdas de contabilidad) conocidas en el imperio Inca. Otra eventualidad concluyente es que el origen de la civilización americana se inicio en la costa central y no en las montañas andinas, en este caso Caral se ubica en el Valle del río Supe en la costa peruana. Otro tema en debate es el origen de la lengua quechua (runasimi) que habría tenido por origen la costa central peruana, en lugar de la cordillera de los Andes, como siempre se ha pensado. En la arquitectura las construcciones piramidales (32 pirámides hasta la fecha) con muros antisísmicos ligeramente inclinados hacia el centro se iniciaron en Caral -que dicho sea de paso es lo primero que llama la atención-. En fin es tanta información que Caral viene proporcionando a la historia moderna.

Puede parecer sencillo llegar a Caral, pero de cierto no lo es. Parece -a la distancia-próximo a la ciudad capital de Lima, pero por extraño que parezca lo que dificulta el acceso son las vías de comunicación que en la actualidad se encuentran en pésimo estado, lo cual en el peor de los casos retardan cualquier plan de visita desde la capital. A Caral se accede por la carretera panamericana por medio de dos vías de acceso, la primera por un desvío en el kilómetro 159 por el poblado de Mazo, el cual es un camino en coche accidentado, desértico y lleno de granjas de pollos. La segunda vía es muy cerca de Supe por el kilómetro 184 al margen derecho del río Supe, de igual manera la carretera se encuentra en pésimo estado y retarda en buena parte cualquier intento de visita, motivo por el cual se recomienda en cualquier caso salir muy temprano sobre todo para evitar el tránsito pesado de la panamericana Norte en la propia capital.

Aún considerando estas dificultades el visitante quedará plasmado positivamente y reconfortado con la sola presencia de la ciudadela sagrada, de la visita a sus pirámides, plazas y recintos importantes incluidos y abiertos al público, algo que si se puede garantizar con el mejor de los ánimos.

Fuente: http://www.takiruna.com

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