Bitácora de un Temazcal

BITÁCORA DE UN TEMAZCAL

Por Arnaldo Quispe

Había programado el temazcal para el viernes 21 en honor al inicio de la primavera. Todavía esto quedaba en suspenso debido a las lluvias que el servicio di meteorología indicaba para el fin de semana. Para mi fortuna el viernes al mediodía si bien el tiempo iba a ser nublado, la probabilidad que llueva estaba prevista para la noche. Eso ayudó a decidir finalmente por la celebración del temazcal.

Iniciamos a construir el temazcal a eso de las 11 de la mañana, aunque si este estaba previsto para las 1pm. el solo hecho de armar la estructura y montar la cúpula iba a tomar unas dos horas en promedio. La estructura en forma de domo geodésico tendría un diámetro previsto de 3.20 m. con lo cual, como en los casos anteriores, permitiría albergar a unas 10 personas cómodamente sentadas.

Cuando se cuenta con todas las piezas y el material necesario normalmente solo se debe levantar el domo de acuerdo a las indicaciones del manual, pero la organización va quedando en la memoria de la práctica y el manual en el olvido. El domo se inicia desde la parte alta y crece por los bordes, solo basta colocar los bastones necesarios que el cálculo matemático es infalible. Al final se armaría algo que viene a ser considerado como de geometría sagrada.

En dos horas de trabajo y con ayuda de algunos voluntarios se había logrado finalmente construir un hermoso domo helicoidal o geodésico, como también se le conoce. Siendo esta una iniciativa mía que da respuesta a la construcción de un temazcal artesanal. Ya en el pasado había construido temazcales con cañas de carrizo y hasta de bambú. Este proyecto del domo temazcalero se hizo realidad desde el año pasado 2024, durante la realización del retiro “7 curanderas”. En la actual presentación se han mejorado los tiempos y la calidad de la misma. Esta vez, estrenaría tapetes redondos de tejido de paja natural para uso de los participantes que se sentarían apoyados en la tierra. En la versión anterior se hizo notar el húmedo y el fresco excesivo del suelo.

Esta vez se habían obtenido unas 30 piedras compactas de río de 15 a 20 centímetros de diámetro que reforzarían las piedras volcánicas utilizadas en el temazcal anterior. Esta vez se cubriría la cúpula con una segunda capa de mantas de tipo cobija para reforzar la retención del calor generado por las piedras. Esta vez se dispondrían de otras plantas medicinales como la salvia, la malva, la lavanda y el romero que integrarían las medicinas en el interior del temazcal.

La elección del “hombre de fuego” fue muy oportuna y recayó en un joven de nombre Martino, hijo de Giovanni, el propietario del hospedaje (“Agriturismo Humus Sapiens”). El fuego se inicio a las 11.30 am. y por espacio de 1 hora y media las piedras recibieron el calor del padre fuego al punto de observarlas de rojo vivo. Considerando la totalidad de las piedras, el hecho que se rajaran dos o tres pienso que las piedras de río siguen siendo la mejor opción, de repente porque han desarrollado resistencia, absorben el calor y lo retienen gracias a su maleabilidad.  Algunas piedras que iban llegando durante la apertura de las puertas impresionaron a los presentes por presentar ese aspecto de rojo vivo e intenso. Martino estuvo atento en todo momento a la apertura de las 4 puertas y al transporte de cada piedra con delicadeza, esto me hizo recordar el trabajo noble y sacrificado de representar el hombre del fuego, rol que desempeñé en el pasado como parte del proceso de aprendizaje integral del Temazcal. Según mi punto de vista, se debe contar con una habilidad especial con el fuego, dialogar con este y dejarse llevar fluyendo con su energía, de modo que las piedras (las abuelas) se convierten en medios de transformación y elementos vivos que interactúan dentro de la ceremonia.

Antes de entrar al temazcal cada participante recibió una limpieza energética con el tabaco sagrado del soplo del mapacho, de modo tal que la limpieza habría tomado unos 15 minutos.

El resto era cantar y estimular a los presentes a soltar, a dejar fluir, llorar, reír y tomar contacto con esa autenticidad personal. Esta es la parte por así decirlo de la conducción en el interior del temazcal. Sirve para integrar, para acompañar y para sostener emocionalmen te a los participantes. Cada puerta tendría sus bemoles. La primera puerta en este caso iba a ser la del este, para la apertura del padre Sol. Esta puerta sería ligera, como para preparar a los presentes para niveles superiores. La segunda puerta estaba dedicada para sur como para sintonizar con el mundo interior. En este nivel el calor era estable y ya comenzaba a poner a prueba a la propia zona de confort. La tercera puerta estaba dedicada al oeste y fue relativamente más caliente que las anteriores, esta puerta serviría para conectar con el elemento del agua y las propias sensibilidades de las emociones. La última puerta fue dedicada al norte, al elemento del aire y la mente. Fue un nivel extremo, de mucha exigencia a nivel físico y mental. Con todas las puertas juntas desde el inicio el temazcal había durado casi unas dos horas.

En el interior del temazcal todo es oscuro y caliente, se logra ver todo claro de tanto en tanto cuando se abren las puertas. Pero se logra ver las siluetas del círculo en la absoluta oscuridad cuando los ojos entran en contacto con la visión sagrada y estos se agudizan al máximo. De este modo, se logra ver claramente con los ojos del espíritu aún en la oscuridad extrema.

Luego, fue importante recobrar las energías luego de unos minutos. Siempre es necesario sentarse alrededor del fuego y tomar unos minutos hasta que se recobre el equilibrio corporal y mental y así con energías renovadas se realice un baño frío opcional, La mayoría se quedó alrededor del fuego por unos 20 a 30 minutos y luego fueron a bañarse e hidratarse.

Fue un extraordinario temazcal sin dudas. Una experiencia que se ha mejorado conforme se avanza en su práctica. Considero que en el futuro se armará un altar ceremonial que pueda incluir el diseño de una tortuga u otro animal sagrado. Cada temazcal será construido en modo diferente, con renovadas intenciones. Puede resultar muy complejo en su diseño y construcción, pero al final resulta una poesía, un evento poético que enriquece el espíritu con numerosas experiencias, todas favorables para el crecimiento personal de los presentes.

Fuente: http://www.takiruna.com


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