
¿PODRÍA VOLVER A OCURRIR OTRO “BAGUAZO” EN LA AMAZONÍA?
Hay que tener mucho cuidado con una pregunta como ésta. El “Baguazo” no fue generado por los indígenas, sino por el gobierno. El “Baguazo” no era el punto al que las protestas indígenas querían llegar. Querían llegar, en cambio, a una reconsideración del Estado para que se les reconozcan sus derechos perfectamente establecidos en la ley. Las muertes, los heridos y, en fin, la tragedia desatada ese día es resultado de la agresión de un gobierno que no quiso dialogar, que se negó a respetar derechos reconocidos y que engañó, porque el día anterior a la invasión armadas de la policía, voceros del partido gobernante dijeron que la decisión de derogar los decretos se paralizaba hasta que las partes llegaran a un acuerdo.
Para ese momento, la decisión de reprimir violentamente a los manifestantes de la Curva del Diablo había sido ya tomada.

Sin duda que un gobierno como este, esté empeñado en pisotear los derechos ciudadanos para asegurar sus negocios turbios con empresas podría repetir esta terrible y torpe experiencia represiva, que resultó en la muerte de muchos peruanos.
¿CUÁLES DEBEN SER LOS CAMBIOS URGENTES EN LAS POLÍTICAS PARA EVITAR CONFLICTOS AÚN MÁS GRANDES QUE EN BAGUA EN EL FUTURO?
Los cambios deben ser sobre todo de actitudes de los gobernantes. Las leyes están dadas, el problema es que no se respetan. Si se respetase la Constitución, las leyes nacionales sobre derechos indígenas y los convenios y declaraciones internacionales, las cosas funcionarían como deben funcionar y se trabajaría en la construcción de una verdadera democracia, en la que todos los peruanos podamos ser verdaderamente iguales ante la ley. ¿Es esto posible de lograrse con este gobierno? No lo creo. Si no lo ha hecho en cuatro años de ejercicio del poder, en los cuales, en cambio, ha hecho todo lo contrario, no lo va a hacer en el año que le queda por delante.
A PROPÓSITO DEL CONFLICTO DE BAGUA: “LA CONVIVIENCIA, UN PROBLEMA DE TODOS”
Desde un punto de vista político el conflicto ocurrido en Bagua pone sobre el tapete la pregunta sobre si somos capaces de convivir entre personas y grupos de distintos orígenes, culturas y credos. La pregunta viene desde la emergencia de las poblaciones amazónicas que irrumpieron para decir “somos parte del mismo país”. No hay que olvidar que no ha sido fácil y ni siquiera está del todo lograda la integración de las poblaciones andinas, sin embargo, en comparación con los grupos amazónicos, la asimilación de aquellas pareciera ser mucho mayor y más aceptada aunque todavía haya resistencias.
La convivencia como problema político tiene dimensiones que corresponden al Estado y sus representantes y hay otras que competen a la sociedad. Al mismo tiempo se puede analizar este problema desde cada una de estas caras, el Estado y la sociedad, justamente para hacer ver la complementariedad necesaria de ambos, aunque los caminos y roles de cada uno sean muy diferentes. En otras palabras, el problema de la convivencia implicaría desde el Estado organizar la convivencia con normas, consultas y políticas, dejando de lado “la mecida” o el olvido como el comportamientos usual. Desde la sociedad en cambio supone capacidades de empatía y diálogo con los demás, desconocido o conocido, simplemente porque todos estamos en el mismo barco.
¿CUÁLES SON LOS ERRORES QUE SE SIGUEN COMETIENDO AL MOMENTO DE ENTENDER O DIAGNOSTICAR LA AMAZONÍA DESDE EL ESTADO OFICIAL?
No sé si se puede hablar de “errores”. El desprecio por la vida y derechos de los pueblos indígenas no es producto del error, sino del cálculo para favorecer a otros intereses. Después de los sucesos de Bagua, para este gobierno la historia no ha cambiado. La dolorosa experiencia de muerte de policías e indígenas no le sirve para nada y sigue actuando de la misma manera arbitraria, prepotente y provocadora.
Ha seguido suscribiendo contratos para explotar recursos naturales (petróleo, minas, bosques) y dando leyes que afectan a los pueblos indígenas. No hay que olvidar que hay un proyecto de ley para el traslado forzoso de población asentada en zonas donde se vayan a ejecutar proyectos que sean declarados de “interés nacional”. Por experiencia sabemos cómo se ha manejado el tema del “interés nacional” en el país, que no es más que un eufemismo para ocultar intereses subalternos de autoridades coludidas con grandes empresas, con la finalidad de lograr el enriquecimiento mutuo.

Fuente: “BAGUA: 5 DE JUNIO DE 2009” (Monografia, Cap.IX), Por Milagros Benites. Universidad San Pedro de Chimbote (Perú).
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