LA MONTAÑITA FELIZ

Por Arnaldo Quispe (autor)

Un cerrito feliz y juguetón echó una mirada hacia el sur… y le preguntó a la gran montaña ubicada en frente de él:

• «Oye tío me gustaría ser tan alto y tan fuerte como tú»

La montaña le respondió:

• Todo a su tiempo querido sobrino… me ha llevado mucho tiempo ser lo que soy y en mis faldas viven cientos de nuestros hermanos animales, las aves y los árboles. Tengo además mucha agua en mi interior. Sobrino ten fe en nuestra madre la tierra, ella hará un día que tu seas tan alto y fuerte como yo…

El cerrito siguió con la mirada esta vez hacia el norte… y viendo la desolación del paisaje se preguntó:

• ¿Qué ha pasado acá, porqué todo está tan destruido?

Una voz proveniente de la inmensa vorágine de la tierra le respondió:

• Hola sobrino, yo soy también tu tío y antes era una montaña grande… al igual que tu tío del sur. Hoy solo soy lo que queda, puros recuerdos y solo vivo como espíritu en la madre tierra. Antes era una montaña gigante y frondosa, pero un día llegaron los humanos y se hicieron felices porque debajo de mis suelos encontraron piedras preciosas y eso que llaman oro, y lo extrajeron todo… pero al hacerlo también lo destruyeron todo… las aguas se han secado y nuestros animales se han retirado para nunca más volver…

El cerrito desconsolado luego de ver a su tío del norte, echo la mirada al sur y le preguntó temerosamente a su tío del sur:

• ¿Tío pero porque no me hablaste de los humanos?, ¿Acaso ellos nos van a destruir?
• Eso no lo sabemos le dijo su tío…. y continuó…
• Nosotros las montañas somos hijos de la madre tierra, seres de paz y damos luz en todo momento, ese es nuestro propósito en la tierra. Si los seres humanos destruyen las montañas, también destruirán su morada, sin agua… nadie podrá sobrevivir… por ello… ellos necesitan aprender a cuidar de sus montañas, del bosque y de sus aguas… un día entenderás del porque yo me mantengo firme y grande.. con flores y mariposas… con pastos y aves… esto porque quiero que los humanos aprendan a valorar lo que tienen en frente y amen la tierra como a sí mismos. Si ellos nos pisan les echamos flores, si ellos nos echan basura les damos aire limpio… algún día ellos se darán cuenta… de la gran metáfora y cambiarán de actitud…

El cerrito luego de este discurso se quedó más tranquilo y luego le dijo a sus tíos:

• Pues hemos de amar a los humanos…y darles lo mejor por siempre… que tal vez ellos un día cambiarán…

Fuente: http://www.takiruna.com