Pachamama te ama

PACHAMAMA TE AMA

Por Arnaldo Quispe

En homenaje al DÍA DE LA PACHAMAMA comparto algunas ideas presentes en el libro «QORI Q’ENTE», que con gran gratitud me honro en ser autor. Estos son extractos del capítulo 1 y 4:

Las señales de Pachamama se dan de manera espontanea, ella nos pone los mensajes y cuando estos se perciben hay que prestarles atención. Con el paso del tiempo se aprende a leer exactamente lo que ella nos quiere decir. La divina madre nos envía de manera original señales con el viento, en el agua, en el fuego, en las nubes, en sonidos de animales, sueños o hasta encuentros impensados con personas. Con la práctica elemental de la medicina andina las señales se logran interpretar a la perfección, sobre todo para uno que vive en conexión con la Pachamama, esta comunicación se da de manera fluida. La Pachamama es como un gran espíritu muy presente en todo contexto geográfico, de hecho mueve al mundo, mueve los ciclos del agua, los ríos, los vientos y gobierna la tierra en que vivimos. Bien podría decirse que somos sus huéspedes, que habitamos en sus extensos territorios y que vivimos de los alimentos que nos brinda. El hombre y la mujer le deben la vida a la Pachamama.

La Pachamama debe su nombre a vocablos andinos inconfundibles, la pacha es el mundo, el cosmos, el universo en el pensamiento andino, es decir todo cuanto existe. Además representa el espacio y el tiempo, el aquí y el ahora, es decir: el presente. Cuando los andinos la llamamos madre tierra, estamos haciendo referencia a lo antes mencionado, puesto que la tierra representa más que la materia el espíritu presente, la esencia, todo en uno. Es común llamarla así de modo simple, “madre tierra” o “madrecita”, la Pachamama en este caso siente y no se molesta.

La gran madre tiene un espíritu inconmensurable, infinito, una gran memoria, es una instancia que tiene el poder de transformar todo lo que nos rodea. Ella siempre está a favor de la vida, es justa, por ello aunque parezca que se molesta y nos envía calamidades, inundaciones, erupciones volcánicas o terremotos, cada evento tiene su razón de ser y casi siempre nos está diciendo que estas cosas son necesarias para mantener el equilibrio entre las grandes fuerzas de la naturaleza. Ella es neutral, solo puede estar a favor de la vida y esta debe continuar a toda costa, aún cuando nuestra raza humana se extinga la gran madre siempre estará dispuesta a acoger a nuevos huéspedes. Como su espíritu se centra en la vida, su esencia es el amor. Para los andinos el amor es sinónimo de vida, por ello se dice que la Pachamama se mueve siempre porque está enamorada y todo lo que hace lo hace con pasión en honor a ese amor. Su amor es incondicional, ella por estar a favor de la vida está con todos y con cada uno. Aún cuando uno tome distancia de ella, la Pachamama no toma distancia de nadie. Cuando las personas logran comunicarse y vivir aceptando la Pachamama, la vida se hace más intensa, más fluida, más presente, más sentida y hasta más duradera.

“Los seres humanos necesitan conectarse con la madre tierra. Suena tonto porque viven en ella, pero por raro que parezca viven ignorándola, depredándola y consumiéndola, hasta dejarla prácticamente sin recursos. Pero eso es lo que creen, la madre tierra conserva y se vale de sus trucos para evitar ser golpeada tantas veces en el mismo lugar, ella es como una diosa pacienciosa, todo lo sabe, todo lo ve. Su esencia está intacta y bien protegida en las profundidades de la tierra y de los mares. Aún con todo la raza humana no es la raza predilecta para vivir eternamente en la faz de la tierra, la madre tierra no tiene preferencias con nadie, ama a todos por igual, aún a los escorpiones y serpientes más venenosos. Llegará un momento en que sus recursos se agoten y los depredadores utilicen todo tipo de tecnologías para sobrevivir. Hasta hace algún tiempo la raza humana vivía en equilibrio con la naturaleza, era parte del entorno y por mucho tiempo comprendía de sus fenómenos y lenguajes. Hoy es un poco diferente, los seres humanos están desarrollando una dependencia hacia su propia creatividad, en donde las religiones, la medicina y la ciencia son la base social de esa pirámide artificial. Los conocimientos ancestrales humanos en relación a los ciclos de la naturaleza se están extinguiendo, hoy quedan muy pocos conocedores de las bondades de la madre tierra, cuando desaparezca por completo la vía de conocimiento ancestral muchos secretos y prácticas de curación se perderán para siempre”. (Don Hilario).

Fuente: http://www.takiruna.com

Fuente bibliográfica: «Qori Q’ente, los códigos del colibrí de oro» (2021).

El libro se encuentra en Amazon: link.

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