HISTORIAS QUE NOS SUELE CONTAR EL LAGO
Por Arnaldo Quispe
A este punto parecía que al soplar el kintu las nubes se recolocaban en el firmamento y muy distante allá cuando el sol entraba a descansar, una mezcla de luces con estruendos de truenos anunciaban la limpieza de la tierra por parte de las aguas.
Aquella tarde de contrastes, de vientos, de aires fríos y extremos recogí las piedras necesarias para mi camino, en Pachatata el canto y el tambor dieron el matiz para la ceremonia de encuentro con el espíritu del lago. A este punto no podría describir en blanco y negro las potentes vibraciones de este punto magnético crucial, mejor será dejar que la memoria de los tiempos se encargue del trabajo de inscribir en mi vida humana la calidad de la presencia del momento, allá donde tenían que ocurrir los hechos, esos mismos hechos fueron la consecuencia de lo vivido.
Con las piedras en mano formamos unas tres apachetas en el sendero a la cima, previos para dar agradecimiento a cada uno de los reinos del mundo andino, de ese modo y con el permiso en mano entramos al templo más importante de la isla, dedicado a Pachatata, deidad andina que no viene a ser otra cosa que la presencia del Tata Inti en la pachamama. La cumbre donde se ubica el templo se ve como una pirámide desde lejos, lo cual permite que el Sol despliegue todo su poder por cada uno de los lados cardinales del Lago, de este modo la energía se distribuye convenientemente para la salud del entorno ecológico. La punta de la pirámide conformada por la base del templo a Pachatata es el conector de energía emanada desde su propia fuente el Tata Inti.
El sentido de la pirámide nos permite conocer la manera como se enlaza la energía celestial con aquella de la madre tierra, toda pirámide presenta una base firmemente arraigada en la madre tierra, posee además cuatro lados que representan las cuatro direcciones sagradas y por si fuera poco, posee una punta infinita que anuncia el punto de Tawantin o convergencia entre los lados con sus respectivos complementarios en el reino celestial. En el mundo andino la pirámide representada en Ushnu y Wacas era el punto de concordia que ubicado en el Kay Pacha, permite la alianza entre el reino superior Hanak Pacha y el inferior o Ukhu Pacha.
El tambor de Nati, el cuenco de Sandra y didgeridoo de Pablo solo provocaban más viaje donde ya de por sí el viaje había comenzado, estas ayudas eran de aquellas registradas en la eventualidad de los tiempos, de modo que la ceremonia llegado el momento era una muestra de autenticidad de la mano de todos sus integrantes. Una linda ceremonia en círculo sagrado, con meditaciones, plegarias, cantos, unión de Japu (yanantin), abrazos, etc.
Este capítulo se cierra, pero solo con el compromiso que se compartirá para enriquecer la experiencia, de modo que se reabrirá en el momento justo, cuando tenga que reabrirse. Esta fue la experiencia en el templo de Pachatata, quizás alguien lo cuente o describa mejor, quizás ya no hay más nada que escribir, quizás la historia recién comienza desde cuando dejamos de escribir.
Fuente: www.takiruna.com
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