SENTIRSE SOLO
Por Arnaldo Quispe
«Mamita Norma ¿Porqué me siento tan solo?»
«Querido hijo, estar solo tiene sus ventajas».
«Ya dice el refrán que “mejor solo que mal acompañado”. Lo cual nos lleva a la idea que no siempre las personas que nos rodean colaboran en nuestra sanación y crecimiento emocional. Aún cuanto más cercanas se encuentren, ya sean nuestros padres, hijos o parejas esto no quiere decir necesariamente por ejemplo, que nos ayuden directamente en nuestro camino de evolución personal. A veces necesitamos distanciarnos de ellos, a fin de recuperar un tiempo para nosotros y un poco de espacio para respirar libremente con la mente más abierta».
«Tomar distancia temporáneamente de una persona que ha estado cerca, puede tener sus razones justificadas sobre todo cuando el ambiente ya estaba muy tóxico y caracterizado de una dependencia emocional irracional entre las partes. No todo está perdido si cada uno encuentra un poco de libertad, que puede servir para esclarecer el panorama, retomar las propias fuerzas y hasta tomar decisiones conscientes en el mejor de los casos. Es más, cuando llegamos a la madurez nada ni nadie nos obliga a permanecer un minuto más con alguien que sistemáticamente nos maltrata y nos encierra en un mundo distorsionado de manipulación basado en el juego del egocentrismo. Esto no lo podemos permitir y por ello, mejor solo que mal acompañado».
«Querido hijo, el estar sólo es hasta un remedio o bálsamo para encontrarse uno mismo. Esto puede ser muy terapéutico y puede servir para encontrar el propio espacio, reconocer las propias fuerzas, limitaciones y cualidades. Estar solo nos puede ayudar a conocernos mejor y afirmar nuestro propio propósito en la vida. Esto es encontrar nuestro lugar en el mundo, algo que nos puede ser muy útil para lograr la tan anhelada abundancia y trascendencia en todos los niveles».
«Sentirse solo sin embargo, es algo más que estar solo. Pueden ser dos cosas muy distintas. Esto puede ocurrir aún cuando nos encontremos acompañados de personas que en teoría son estimadas. El sentimiento de soledad es de una categoría superior que hay que tener en cuenta, ello nos habla de un vacío personal, de un congelamiento interior, de no encajar más en un grupo, de la pérdida de motivación, de forzar situaciones solo por el agrado de los demás. Sentirse solo en el mundo es la evidencia de una crisis existencial y hasta de una emergencia espiritual, de un proceso profundo de cambio en donde muy probablemente se está tocando fondo. Este estado casi siempre es posterior a un desengaño amoroso, a un trauma o abuso, a una gran desilusión familiar o al rechazo aparente de la propia sociedad en la que se vive».
«La soledad puede llevar a una vida de rutina, de sedentarismo y de pseudo-autosuficiencia. La soledad crónica se evidencia cuando las personas adquieren el hábito de no tener esperanza en la vida en sociedad, de este modo, pierden la fe en sus semejantes. Se pierde el gusto por una simple conversación, por el sano compartir, por el placer del contacto físico, por las caricias humanas y la sensación de estar en compañía. Esto puede generar un sin fin de inconvenientes en todos los escenarios, en lo laboral, en la vida íntima, en lo social y hasta en la propia salud».
«Querido hijo, cuando uno se siente solo es casi seguro que hay detrás de ello la manifestación de un dolor que necesita sanar. Esto es completamente aceptable pues no hay dolor que viva muchos años, ni cuerpo que lo resista. Por esto, es conveniente indagar el origen de este dolor y afrontar las raíces vengan de donde vengan. La sanación interior es el entendimiento cabal de las razones últimas por las que se sufre, esto requiere confrontación, auto-perdón y mucha paciencia. La idea no es acostumbrarse demasiado al dolor y que este no termine en sufrimiento. Ya lo dijo alguien el dolor es parte de la vida y el sufrimiento es opcional».
«Sanar es un proceso intenso de cambio, de aprendizaje, de darse cuenta, casi siempre coincide con un gran nivel de autoconocimiento y de autodescubrimiento, que en realidad, más vale decir reconocimiento por lo que ya se tiene alcanzando, por aceptar la propia vida, el propio cuerpo y la propia experiencia personal. Cuando uno se acepta en su propio cuerpo uno puede ser tolerante con el propio aspecto físico por ejemplo. Aunque esto es solo parcial las personas alcanzarán su mayor plenitud cuando sientan que trascienden a sus propios egos y limitaciones. Esto es la noción del guerrero que se ha conquistado a sí mismo, que ha terminado por ganar su propia voluntad y la fuerza de dirigir su propia vida aún considerando las carencias materiales de su entorno. Nada puede ser un límite válido para evitar ser feliz con poco o mucho. Desde este estado las personas encuentran paz consigo mismas y dejan de luchar con sus propios conflictos. Esto es el verdadero sentido de toda sanación».
«Querido hijo, mientras te sientas sólo ve y busca un poco de naturaleza esencial, la madre tierra es neutral y nunca te va a juzgar. En las olas del mar vas a poder encontrar el sentido del flujo intenso e incesante del agua en la búsqueda de equilibrio, ella se mueve fluidamente en la tierra por acción del viento, a veces queda atrapada en la arena del mar o entre las rocas de los acantilados, pero el flujo continua y el ciclo del agua nunca se detiene. Si vas a un bosque solo preocúpate de estar contigo mismo, sin hacer nada más que caminar, comer y descansar. El espacio natural cura con su aire fresco, sus imágenes, sonidos y perfumes. Este concentra una gama de energía apenas imperceptible pero de una potencia sin igual. Allí vas a encontrar algunas señales, significados y respuestas, un sentido de vida que solo vas a poder entender si entras en sintonía con la tierra. Si vas a una montaña observa todo lo que te sale a tu paso, tal vez en las cosas muy simples, por pequeñas que estas sean vas a encontrar sentido que te va a inspirar el corazón, como cuando las mariposas se divierten danzando volando en el prado o cuando los patos y cisnes de la laguna parecen nadar de modo sincronizado. Solo contempla este reino, no esperes nada y solo acepta lo que sucede. Luego verás».
«Querido hijo, sana tus heridas por el tiempo que consideres necesario. Jamás te sientas solo. Te tienes a ti mismo en todo caso y es algo maravilloso aprender a contar con la propia compañía. Declárate a ti mismo que esto de sentirse solo será por un tiempo, que durante este tiempo vas a estar concentrado en sanar. En conocerte más y redescubrir el sentido profundo de vida que nos hace más humanos. No todo está perdido. Tu viaje de seguro apenas ha comenzado, pero cuando regreses que sepas que el mundo te está esperando, que las personas somos lo que somos, nos equivocamos, perdonamos y luego nos reconciliamos. Los humanos somos perfectos en nuestras imperfecciones. Los humanos somos difíciles de entender, pero he allí el reto, de trascender las propias heridas y regresar a ser parte de la gran familia de seres humanos que tienen la cabeza en las estrellas, pero los pies muy enraizados en la tierra».
De: Takiruna.
Fuente: www.takiruna.com
Aunque a veces me siento sola por mis circunstancias ya que las secuelas de mi enfermedad me han apartado un poco de la sociedad, es verdad que estar sola me ha ayudado a conocerme mejor y sé que más tarde o más temprano mi buen Dios me ayudará a encontrar mi lugar en el mundo. BUEN DÍA
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