Ceremonia andina de agradecimiento a la Pachamama

La ceremonia ritual a la pachamama comienza con la víspera o “el día anterior”, mediante los preparativos de la comida y bebida que se va a ofrecer a la pachamama. Además se deja las instrucciones a los participantes del ritual sobre que traer y como vestirse. Se deja dispuesto los materiales a utilizar, el lugar donde cavar el hoyo y todo lo necesario para el día central. Normalmente se enciende sahumerio desde el día anterior como una forma de anunciación, limpieza o alerta a los espíritus.

El mejor momento para las ofrendas a la Pachamama es al caer la tarde, en pleno ocaso de Sol. La luz natural termina, comienza la noche, en este intervalo esta “pachachaka energética” (nuestra ceremonia puente) nos dice que la madre tierra crea una puerta dimensional y pachamama junto a los demás espíritus de la tierra están presentes. El fuego sagrado del ritual iluminará el espacio cuando la luz del sol se haya apartado del horizonte. Sin la luz hay oscuridad (vacío sagrado universal). La oscuridad es importante como la luz, es más grande que ésta. Pero es la luz con su inteligencia y propósito, la que nos conducirá por el sendero del propósito y del amor. Por ello, debemos conservar la fogata en nuestro ritual.

Es importante la puntualidad, una vez comenzada la ceremonia se cierra el círculo sagrado de participantes y ningún asistente que llegue tarde podrá participar del ritual, sino hasta que el hoyo sea cubierto con las piedras selladoras y pétalos de flóres. El recibimiento de los participantes se lleva a cabo con la mayor hospitalidad, con presentaciones y saludos cordiales. No se permiten tomar fotografías, ni grabar videos a menos que se cuente con el permiso del oferente (paqo andino).

Las ceremonias rituales a la pachamama se conocen en el mundo andino como «pago», «tributo», «despacho” o “corpachada”. Se colocan alrededor del hoyo cavado o en el manto multicolor dispuesto por el oferente que dirige el ritual, semejante a un altar o mesa de trabajo de curanderismo. Bebidas (Coca Cola, chicha, cerveza, licor, vino tinto); agua bendita, dulces, hojas de coca (planta sagrada andina, mediadora con los espíritus), diversos objetos (dinero, monedas, amuletos, piedras de colores); comida (pan, galletas, frutas). Flóres, perfumes, semillas y otras cosas provenientes de la tierra de las que tenemos en casa (sésamo, lino, trigo, lentejas, porotos, garbanzos, arroz, huayruros, etc), las semillas las colocamos en un cuenco o tazón de arcilla; Incienso o sahumerio adicionalmente. La ceremonia puede estar acompañada de velas blancas o de colores y diversos objetos que simbolizan el contexto social, fotos, amuletos, conchas marinas (“mullu”), dinero, ekekos, toritos de pucará, excremento de vaca, etc.

Los participantes son previamente invitados, por lo que no hay ingreso libre, el que asiste aunque si se presenta el mismo día a la ceremonia debe ser aceptado e invitado por el oferente. El ritual de la pachamama es un acto voluntario en el cual el único requisito para estar presente es pedir permiso para su ingreso y ponerse de acuerdo con los organizadores sobre los detalles del ritual (horario, vestimenta, ofrenda, etc.). No hay límite de asistencia. El día de la celebración los participantes se colocarán en lo posible cintas de colores en ciertas partes del cuerpo: tobillos, muñecas y cuello, según las creencias es para ser del agrado de la pachamama y evitar alguna reprimenda.

El hoyo representa en sí una forma de altar y una “waca” a la vez (un lugar sagrado), una “paqarina” (un útero simbólico” en la tierra) y “pachachaka” (un puente o contacto con las instancias superiores), al mismo tiempo. Este se cava de manera circular a una profundidad de medio metro aproximadamente por un metro de diámetro (como si se preparase una “pachamanka” en la tierra), que por lo general debe localizarse a un punto abierto y expuesto al sol, ideal si es cercano a un árbol o una ladera de montaña (“apu”). En la actualidad ciertas ceremonias de pachamama se realizan en parques urbanos o en la playa. Si el hoyo no es circular no hay problema. Los importante es la intención de hacer lo mejor posible. Hay muchas maneras de realizar el ritual, particularmente proponemos una con la cual nos hemos familiarizado:

1) Activar el fuego. El fuego sagrado permite que las cenizas de la tierra se eleven a las montañas, al cielo. En la hoguera se puede colocar leña, palo santo, ramas de laurel, romero, olivo, eucalipto o tabaco.

2) Activar el aire. Por medio del fuego mediador. Encender el incienso, gracias a los olores la tierra se sensibiliza al recordar sus maravillas. Los participantes pueden fumar primero y luego dar de fumar a la tierra (esto es parte del ritual). Los cigarros por lo general son sin filtro. La ceniza del tabaco debe conservarse para observar sus características, luego servirá para pintar la cara de cada participante. Las cenizas de color blanco indicarán que la pachamama está alegre y bendice sus ofrendas.

3) Activar el agua. Primer brindis con la tierra. Rociar un poco de las bebidas en la tierra. Chicha (licor de maíz), cerveza o “aguardiente”, luego cada uno debe brindar con la con la tierra. Ella vive y siente como nosotros y debemos brindar con ella.

4) Activar la tierra. Es el momento de comenzar a masticar sin tragar (“chaqchar”) un poco de hojas de coca y mientras tanto esperar el turno para poder ofrendar a la tierra. Las ofrendas se inician uno por uno o de a dos, generalmente en actitud compasiva y sumisión al cosmos. De rodillas frente al hoyo comenzamos a entregar lo que previamente hemos ofrendado. En este momento el participante puede realizar alguna pleglaria, pedido, canto, oración, rezo, pensamiento, namasté o meditación (“el silencio o vacío es muy bien apreciado por ella”) para con la pachamama, según sea su credo o religión. Estas ofrendas deben realizarse con ambas manos. Se comienza con la hoja de coca y el agua bendita si hubiera. Luego las comidas, dulces y demás ofrendas. Este momento es pertinente para nuestras peticiones para este nuevo año, éstas deben ser escritas previamente en papelitos multicolores y ser soltadas en la fogata pequeña al interior del hoyo. Al final de este acto el participante debe realizar el brindis final con chicha de maiz con la pachamama. Hay que prestar atención a las señales que la pachamama nos envía a través de las brasas del fuego, las cenizas, ruidos, movimientos o sucesos imprevisibles que suelen ocurrir.

5) Cerrar es abrir. Activar los elementos de la pachamama con el cierre del ritual. Cuando todos los participantes han finalizado su tributo, cada uno debe colaborar en cubrir el hoyo, a éstas alturas la tierra está bien alimentada y satisfecha con nuestras ofrendas. Opcionalmente se puede rezar un Padre Nuestro (considerando el sincretismo religioso presente). La ceremonia termina tapando el hoyo con piedras pequeñas de diferente forma o color, cubiertas con pétalos de flores.

Cabe agregar, que la celebración y la ofrenda a la pachamama no mantiene grandes reglas o mayores secretos, lo antes dicho es solo una propuesta que pretende dar un cierto órden e desmitificar su ceremonia. Su importancia principal radica en reactualizar el valor de la tierra y la profunda identidad de los pueblos que conviven con ella.

Adicionalmente la ceremonia puede estar acompañada por cantos sagrados o icaros, por música suave o relajante, por el sonido de tambores (percusión), por abrazos fraternos entre todos y cada uno de los participantes y danzas tribales alrededor del fuego (danzas arquetípicas libres pluriétnicas que corresponden a todos los elementos: agua, aire, viento y tierra; Pueden incluirse los elementos metal y madera de la medicina tradicional china). Es una celebración y todos podemos festejar. Al final, podemos agregar a éste acontecimiento una cena como punto final en su honor y compartir la gastronomía andina que nos brinda Pachamama, al compás de la música de quenas y zampoñas, del cóndor pasa y la valicha.

Esta ceremonia a realizarse a la luz de la luna llena (mamaquilla), es de muy alto valor energético, la luna del 21 de noviembre en Italia, es conocida como la «luna de la nieve», propio de la estación invernal. Teniendo a la luna como testigo rendiremos culto a la madre tierra para anticipar los preparativos del cierre del año 2010 y el comienzo del año 2011.

PROGRAMA

Día: 21 novembre

Hora: 17 – 21

Participantes: 15 a 20 personas

Cuota de reciprocidad (ayni): 25 € (no obligatoria)

El programa consta de:

1. Limpieza del cuerpo y del alma
2. Apertura del lugar sagrado
3. Tributo a la madre tierra
4. Ceremonia de agradecimiento a la pachamama
5. Cierre del ritual

Informes:

www.icaroterapia.org info@icaroterapia.org (en español)
www.ilpuntodiluce.com info@ilpuntodiluce.com (en italiano)

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