Por Arnaldo Quispe
Definir el concepto de psicología en la actualidad no resulta nada fácil, dado el creciente campo de aplicación y los estudios contemporáneos e innovativos. En primer lugar, es pertinente exponer la definición etimológica, como la concibieron los griegos de la antigüedad, bajo un contexto filosófico: con lo cual «psico», del griego ψυχή, quiere decir alma o actividad mental, y «logía», -λογία, tratado o estudio. De tal manera que en un principio era concebida como “tratado o estudio del alma”, un uso que no sería apropiado para la moderna actualidad psicológica, considerando la subjetividad y contexto metafísico de antaño.
La psicología al desprenderse de la filosofía e introducirse en el campo experimental -es decir con un método científico- cambia de definición en adelante y de objeto de estudio, por lo cual la conducta medible y cuantificable serían los puntos de partida de la jóven ciencia. La psicología se convierte en la ciencia del comportamiento y de los procesos mentales y toma finalmente distancia del contexto metafísico y filosófico.
La psicología es una ciencia, porque los psicólogos usan el método científico para adaptar los procesos comportamentales y mentales hacia un lenguaje de ciencia como tal, para hacer predicciones, de cómo las personas se comportarán en un futuro cercano o lejano. Predecir el comportamiento es un importante valuarte dentro de la psicología, conociendo esto se pueden anticipar a ciertas situaciones y aprender como una circunstancia influye en otra. Una definición moderna propondría en el presente que la psicología es la ciencia del comportamiento y los procesos mentales, considerando que se observan todo el sistema e inmenso conglomerado que rodean el comportamiento, en este caso relaciones sociales, procesos mentales, respuestas emocionales, reacciones fisiológicas y otras variables que forma parte del interés de la psicología.
Hay que tener en cuenta el hecho de que la psicología es una ciencia interdisciplinaria y multidisciplinaria, que quiere decir que desde su definición como ciencia, la psicología ha considerado los aportes de otras ciencias tales como biología, antropología, medicina, sociología, entre otras, a las que y de las que se enriquece contínuamente. La investigación moderna en psicología está encaminada a intentar entender, explicar y predecir el pensamiento, la emoción y el comportamiento en general de una manera multidimensional. Si obervamos en el presente encontraremos psicólogos en un sinnúmero de aplicaciones y actividades humanas: en la escuela, en el trabajo, en las organizaciones, en el deporte, en la salud, en la vida militar, en los estudios del espacio, de los animales y por curioso que parezca en los estudios de metafísica actual. Sorprende ésto último considerando que un campo de aplicación nuevo e innnovativo correspondería a entender la espiritualidad humana, con la introducción de prácticas chamánicas ancestrales y culturales que hasta hace unas pocas décadas no eran tomadas en cuenta por la jóven ciencia. Las escuelas humanístas y transpersonales son consideradas como una vía de unificación y de desarrollo multidimensional del ser humano bajo un enfoque holístico e integral (acaso retornar a la defición de orígen).
Las definiciones de psicología dependerán en el futuro del campo aplicativo en el que se ejerza. Tomando de nuevo el discurso inicial de la dificultad de definir la psicología podríamos llegar a la conclusión que psicología es la ciencia que estudia el comportamiento y la mente, abarcando todos los aspectos relacionados con ésta, desde las funciones del cerebro, hasta el desarrollo evolutivo incluyendo cómo los seres humanos y los animales sienten, piensan y aprenden a adaptarse al medio que les rodea. La unidad multidimensional indivisible estaría constituida por los aspectos bio-psico-socio-espíritu y sería el punto de concordancia de la mayoría de psicólogos en la actualidad.
La psicología moderna se ha dedicado a recoger hechos sobre la conducta y la experiencia, y a organizarlos sistemáticamente, elaborando teorías para su comprensión. Estas teorías ayudan a conocer y explicar el comportamiento de los seres humanos y en alguna ocasión incluso a predecir sus acciones futuras, pudiendo intervenir tempranamente sobre ellas.
Las áreas de la psicología pueden también describirse en términos de áreas de aplicación. Los psicólogos sociales, por ejemplo, están interesados en las influencias del entorno social sobre el individuo y el modo en que éstos actúan en grupo. Los psicólogos laborales (hoy organizacionales) estudian el entorno laboral de los trabajadores y los psicólogos de la educación estudian el comportamiento de los individuos y grupos sociales en los ambientes educativos. La psicología clínica –quizás la rama más importante-, por último, intenta ayudar a quienes tienen problemas en su vida diaria o sufren algún trastorno mental por medio de la psicoterapia o el consejo psicológico.