La damita de Ampato

LA DAMITA DEL AMPATO

Por Arnaldo Quispe

Hay aspectos históricos de las culturas pre-hispánicas que merecen tratarse con mucha propiedad. Particularmente éste es un capítulo de la historia Inka no es muy agradable de contar, pero a la vez necesario para tener una visión panorámica y objetiva de los hechos.

En muchos casos admiramos a la cultura Inka por sus monumentos, historia, su etnografía, paisajes, folklore y espiritualidad. En este último aspecto muchas veces hemos escuchado acerca de las ofrendas a la pachamama (madre de la naturaleza misma, la que rige el tiempo y el espacio). Es común encontrar hasta la actualidad despachos u ofrendas compuestas de hojas de coca, tabaco, dulces, bebidas y comida, por categorizar de alguna manera éstas serían el tipo de pago más común o simple dedicado al cultivo de la tierra y los ciclos naturales. Pero muy pocas veces hemos escuchado de sacrificios de animales o fetos de llamas o alpacas, que dentro de una cosmovisión autóctona y vista desde dentro tendría un carácter normal y aceptable. En muchos casos las ofrendas debían de tener un valor significativo y hasta proporcional, a fin de aplacar el hambre de los Apukunas y el lenguaje que éstos emiten con los fenómenos naturales (heladas, huaycos, inundaciones, terremotos o erupciones volcánicas).

Se suponía también que los Inkas -como casi la mayoría de culturas en el mundo- ejercían sacrificios humanos, tema quizás poco tratado u omitido. Desde el año 1995 a raíz del descubrimiento de restos humanos en la cumbre del nevado Ampato (a una altura de 6380 m.s.n.m., ubicado en la actual región peruana de Arequipa) se tiene en claro de la magnitud de ofrendas de mayor rango, en este caso de jóvencitas vírgenes que serían ofrecidas a los Apukunas con el objeto de contrarrestar la ira de la madre naturaleza. El hallazgo a nivel arqueológico sería uno de los más importantes del siglo y corresponde al antropólogo estadounidense Johan Reinhard y el arqueólogo peruano Jose Antonio Chávez. Se le denominó en adelante Juanita en honor a uno de los descubridores. Años más adelante se la confundió popularmente como momia, pero está claro que no se trata de una momia, dado que la autopsia revela que no hubo disecación, ni extracción de vísceras, ni mucho menos se practicó el embalsamado. La razón de su buena conservación se debe a las altas temperaturas de la cumbre del nevado, que por 500 años habrían conservado intactos los órganos del cuerpo y las visceras que permitirían realizar estudios precisos sobre la causa de su muerte, dieta alimenticia, composición sanguínea, antropometría y muchos otros misterios para la ciencia arqueológica.

Juanita según los historiadores habría pertenecido a Arequipa, era una joven de aproximadamente 12 a 14 años, desde su nacimiento habría crecido a la escuela de Acllawasi, dedicado a preparar desde temprana edad a las mujeres que servirían al Sol y al Inka, éstas mujeres recibirían una educación rigurosa y estarían al servicio de los templos sagrados y de la voluntad del Inka. Se estima que fue sacrificada entre los años 1440 y 1450 d.C. según las pruebas a la que fue sometida.

En adelante numerosos arqueólogos e investigadores ascenderían a las cumbres de otros nevados para encontrar restos humanos sacrificados con la misma suerte. A pesar que han habido más hallazgos en Perú y sobre todo Argentina, hay otro hallazgo muy bien conservado encontrado en el Volcán Llullaullaco (Salta-Argentina).

Hay que entender este capítulo de la espiritualidad Inka desde la perspectiva etnocultural, desde su propio horizonte o cosmovisión. Si vemos con ojos occidentales podríamos hasta repudiar emocionalmente éstos hechos. Si bien es cierto a raíz de los descubrimientos arqueológicos encontramos cosas con los cuales no podríamos estar de acuerdo de ninguna manera en la actualidad, sin embargo tendríamos que tolerar el hecho que hay un pasado histórico en cada cultura, y que la historia tiene que aceptarse tal como ocurrió. El pasado es pasado, es lo ocurrido, la historia misma es el pasado (paradigma occidental) y merece objetividad y comprensión.

Fuente: http://www.takiruna.com

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