PARQUE VALENTINO O AMOR EN EL PARQUE (TURÍN)
Por Arnaldo Quispe
Al ingresar al parque por un corredor me recordé inmediatamente la escena del matrimonio de Bella y Edward en Twilight, con flores que se desprenden de los techos, como acariciando casi los rostros de los pasantes, los cuales hasta pueden sentir el olor de dichas flores. Esto da una idea del Parque del Valentino de Torino, un parque público gigante en las riberas del río Po, único por su arquitectura que combina flora, fauna, ambientes de paseo, de recreación, de juego, de descanso hasta castillos, monumentos, arcos y paseos en barco a modo de «traghetto» sobre el río Po, como si se tratase de la propia Venecia.
Revisando el Wikipedia resulta que el parque es famoso desde anteriores épocas, pues no responde a una invención moderna como respuesta a las grandes metrópolis, la historia da cuenta en el siglo III de la existencia de una antigua capilla dedicada a San Valentín el santo patrón de los enamorados, motivo por el cual se conserva en el tiempo la designación del nombre de Valentino al frondoso parque de 42 hectáreas.
Una de las cosas que llama la atención son sus innumerables paseos de aguas, que dan la idea de la fluidez del agua, pues siempre está en movimiento alimentando la flora y la fauna presente, sobre esto son innumerables la variedad de pájaros, patos y otras especies protegidas en recintos especiales. La fauna pinta de verde en todas sus tonalidades por donde se le mire, con una variedad de árboles que hacen que el parque sea único y hasta hecho con gran seriedad. No se trata de árboles plantados de la misma especie, todos son diferentes, se dice que hay hasta 1,800 tipos de árboles en perfecta armonía con el entorno.
La parte que colinda con el río Po es un tema aparte, para comenzar por la zona de restaurantes y cafetines al aire libre como escenario ideal para conversar y pasar una linda tarde. Hay múltiples terrazas, jardines, palacios, residencias y castillos famosos en las inmediaciones, entre las que resaltan el Castillo del Valentino, la residencia monárquica de Saboya y el Castillo Medieval el cual ha sido enteramente remodelado y hoy sus ambientes son galerías de interés y muestrarios para productos artesanales de la Región del Piemonte.
Para quienes deseen tomar un café o un paseo en barco en el Po, deben acercarse al Castillo Medieval en la zona que colinda con el río y coger uno de los espacios libres, pues se cobra al ingresar. Los precios son módicos para un pasee de cerca de media a una hora dependiendo si se hace la escala de retorno.
El Valentino es un parque dedicado al amor, al romanticismo y todo lo que conlleva este valor supremo, que nos acerca a llevar una vida fluida, intensa y armoniosa. Es punto de encuentro entre enamorados y la familia, pero también es escenario de inspiración, de poesía, de artes, ejercicio y meditación al aire libre. Un parque que lo tiene todo y que en muchos casos no deja extrañar salir de la ciudad para reencontrarse con el verde reinante de plantas y árboles o con el sonido del agua en su fluir continuo.
Fuente: http://www.takiruna.com
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