LAS DOS TORRES INCAS QUE TOCAN EL HANAK PACHA…
Por Arnaldo Quispe
Este año que ya casi termina he tenido con los apus momentos de insight verdaderamente importantes, para muestra un botón… solo por citar algunos ejemplos recuerdo haber alcanzado la cima de algunas montañas como el apu Machupicchu (no la ciudadela), la cima del apu Mamá Simona en Cusco y casi terminando el año el apu Saywa en el Valle Sagrado. Luego quedan en el recuerdo del corazón el paso por otros apus importantes como el Ausangate, Salkantay y Huamanlipa (Q’ero) en cuyas faldas se sostiene una relación mágica mediante los portales de los rituales de ofrenda e iniciación.
Un año que en síntesis me ha permitido conectarme con los apus y experimentar su fuerza, de modo que pueda llamarlos e invocarlos cuando haga falta. Esto es clave para ejercer la ofrenda de un despacho por ejemplo. Llamarlos es una pieza clave para sintonizar en la misma frecuencia y sostener un enlace que de por sí da fuerza a la esencia de una ceremonia. Los participantes de las ceremonias se sienten depositarios de esta energía y mientras más se está en contacto con estas vibraciones, éstas llegan con mayor fluidez dentro de este escenario mágico-ritual, otorgando conocimiento, sanación y hasta oráculo.
Despacho en la cima del Apu Saywa
Apu Chicón vista desde el Apu Saywa
Hoy sin embargo, quiero dedicar unos párrafos de este rincón del mundo para relatar la travesía en el Apu Saywa de 3,840 msnm., que era en un inicio… una empresa impensada que se hizo realidad sobre la marcha. Esto ocurrió durante nuestro retiro anual de sanación andina en Urubamba en el corazón del Valle Sagrado de los Incas. No era parte -como repito- del programa subir a un apu ni mucho menos subir a uno tan exigente como el Saywa. De hecho, fue una iniciativa que nació de parte del grupo de participantes del retiro y sobre todo de la entusiasta participación del don Pepe que dicho sea de paso es el gestor del hospedaje Saywa, que es el lugar donde realizamos nuestros retiros. Don Pepe nos refirió de un centro ceremonial que da nombre y mérito a su hospedaje y que se ubica justo por detrás de la casa formando geográficamente un majestuoso cerro de color verde y de forma femenina.
Lo de montaña femenina es por el aspecto que presenta y que en todos los casos a ojos de los expertos los puntos de vista en este sentido son coincidentes. En mi caso -de igual manera- considero que la montaña verde que se ubica por detrás del hospedaje tiene todas las características femeninas… esto por la forma circular de sus faldas y contornos, y porque carece de picos afilados o puntiagudos. Aunque esta idea se refuerza con el hecho de la percepción propia de la montaña, por el tipo de información que emite y por como vibra durante las fases de meditación y conexión que se tiene sobre ella. Esto lo considero más importante y clave para determinar si una montaña es de aspecto femenino o masculino, aunque al fin de cuentas esto es siempre subjetivo.
Practicantes del método en acción…
La tierra alcanza el Hanak Pacha y el Sol…
Lo cierto de todo es que el Apu Saywa, es un apu sagrado y aunque si es pequeño en altura comparado con los altos nevados del entorno, ostenta una posición importante y crucial dentro de las cadenas de apus del Valle Sagrado. La ascensión de cara al rio Vilcanota (Urubamba) se inicia casi por el camino que conduce al Valle de otro apu tutelar en Urubamba, el Chicón. La subida estaba fijada para las 5 de la mañana y de hecho se calcula que llegar a la cima esto puede tomar de tres a cuatro horas, dependiendo del estado físico del grupo. En nuestro caso hicimos poco más de tres horas, con pausas y descansos debido a que ninguno de los presentes estaba óptimamente preparado para esta aventura. Probablemente don Pepe, quién dignamente se ofreció para acompañarnos -a sus casi 70 años era el que mejor estado físico tenía-. La cima la alcanzamos alrededor de las 9 de la mañana. Y si hice mal mis cálculos en cuanto a horas es que nos tomó algo de tiempo contemplar… casi al llegar a la cima la majestuosidad del Apu Chicón.
Esto último es para contarlo bien al detalle. Ya que nuestro guía se había adelantado esperando que diéramos con una curva de una ladera de la montaña antes de llegar a la cima. Al dar con la curva de a poco fue apareciendo ante nuestros ojos un imponente nevado blanco que no podía pasar desapercibido. Eso nos detuvo un buen rato, ver este nevado en todo su esplendor desde casi lo alto del Apu Saywa, era un espectáculo para vivirlo con los propios ojos y que don Pepe mismo lo había predispuesto diciendo… «me senté para ver como cada uno de ustedes se sorprenderían al momento de ver al Chicón tan cerca», esta profecía era toda una gran verdad. Y cada uno de los presentes nos rendimos ante las bondades de estos apus sagrados. Pudimos ver también al Apu Pumahuanca al lado y a otros que conforman cadenas de cordilleras, que solo se pueden apreciar desde lo alto de una montaña, como en este caso desde el Apu Saywa.
Las dos torres en la cima del Apu Saywa, por debajo la ciudad de Urubamba
Don Pepe, guardián del Apu Saywa
Poco faltaba para llegar finalmente a la meta, es decir a la cima del Saywa y esto suponía pasar por el altar de la cruz católica que los peregrinos de un sector de Urubamba habían instalado años atrás. Este pasaje no fue difícil, de hecho nuestros objetivos son de respeto de estas evidencias aunque si uno no comparte los motivos. Luego vino el premio mayor, debido que habíamos alcanzado la cima finalmente y en frente de nosotros podíamos apreciar las dos torres Incas construidas sobre la base de una explanada a modo de centro ceremonial. En ambos casos la altura de las torres probablemente alcancen unos diez metros cuanto mucho. ¿Para qué fueron contruidas? era una pregunta importante que don Pepe supo aclararnos en su debido momento. Esta construcción supone un centro ceremonial que es útil para fijar la posición solar durante los cambios de ciclos. Las dos torres llamadas «Sukankas» son como hitos que marcan el inicio del nuevo año andino en el mes de junio, es decir durante el solsticio de invierno. Pero para poder apreciar esta precisión astronómica Inca, el Sol debe marcar un axis con el palacio de Huayna Capac en la ciudad de Urubamba.
Si esto fuera valorado y promovido por el turismo de masas y sobre todo por el misticismo moderno, según don Pepe, numerosos turistas se aventurarían no solo en subir a esta montaña sino también con apreciar el espectáculo que forman las dos torres Incas ubicadas en lo alto del Apu Saywa, respecto del eje que se forma con el palacio de Huayna Capac. Para Don Pepe ni para los pobladores de las inmediaciones paradógicamente esto les llama la atención y prefieren la tranquilidad de sus tiempos… como bien hacen hincapié. Eso suena correcto y hasta hace suponer que estas bondades queden todavía en reserva y para el deleite de quiénes verdaderamente logran conocer las montañas sagradas con gran respeto y aprecio hacia el conocimiento ancestral de nuestros antepasados.
Practicantes del método de sanación andina
La torre saywa alcanza al Tata Inti
Hoy el tema de alcanzar la cima del apu Saywa va a ser parte de nuestro programa de retiro de fin de año, ya que ello enriquece el contexto de los rituales de sanación que reciben los participantes. Los despachos son muy potentes y presentes cuando se realizan en conexión con la saywa o columna in situ y la Ñusta que habita en esta montaña sagrada otorga sus mejores dones para quienes logran alcanzar la meta. Todo es una gran reciprocidad. Este templo sería como lo hemos percibido la saywa de las saywas, (tipo apachetas) en donde la madre tierra logra conectarse directamente con el Tata Inti, el Sol. Esto ahora es una realidad y la ofrenda Haywariska que se realizó en la cima para los presentes, tuvo el propósito de activar este centro ceremonial y además fue un acto de transmisión o pasaje necesario para cerrar con el círculo de una real y auténtica iniciación andina.
Hoy este hecho es también una realidad que incluye sobre la motivación de los practicantes de este método de sanación, que llegaron desde tierras vecinas y lejanas como Argentina, Chile y España. Al incorporar en el programa el ascenso a este Apu sagrado el perfil del método parece haber cobrado mayor relevancia y hasta parece más fundado y conectado con el poder de la madre tierra, que tanto pregonamos dentro de los discursos de los niveles. Todo comienza a ser más potente y vivo, como si se habría escalado dentro de la teoría del método, dando paso a la práctica esencial. Mayor sentido, eso puede ser… el apu nos ha dado una mano en ello, ésta llegó y la supimos vivir con la piel propia y los propios zapatos… y allí las evidencias.
Fuente: http://www.takiruna.com
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