LA PRUEBA DE PACHAMAMA
Por Arnaldo Quispe
Cuando apenas alcanzaba la mayoría de edad tuve una experiencia que me ayudó a entender sobre cómo la pachamama nos pone a prueba dándonos señales donde más necesitamos…
Cada mañana solía meditar en el corral de mi abuela, teniendo como únicos testigos a mi Apu y Tata Inti (El Sol). Ello me permitía cargarme de mucha energía propia de la altura andina, fresca, con olor a pastos y animales de granja. Luego de la meditación me sentía lleno de vibraciones positivas, inspirado y con mucha capacidad para hacer grandes cosas. De hecho me venía a la mente un mar de poesías y canciones. Por un momento creí que era uno con el entorno y muy conectado con la madre tierra. Mi prueba de fuego sin embargo llegaría una de esas mañanas, la pachamama me enviaría una señal poderosa para bajar de mi nube y pisar la tierra una vez más.
Luego de mis largas meditaciones matutinas solía caminar por los alrededores del pueblo, alcanzando lugares no antes vistos y hasta extendiendo los límites de lo que ya conocía. En una ocasión al cruzar una calle estrecha en donde no pasaba nadie y solo habían grandes muros de adobe por ambas partes, un campesino venía de la parte opuesta con un costal en sus hombros, supe de inmediato que se trataba de estiércol por el fuerte olor que emanaba desde unos quince metros de distancia. Este señor se encontraba agotado pues daba muestras de no poder con la carga que llevaba encima. De pronto me pidió ayuda, me dijo que cargara su costal ya que estaba cansado. Estando frente a él el olor era insoportable pues se trataba de estiércol fresco de ganado. Mi impotencia se hizo grande, tuve sentimientos encontrados entre ayudarlo y huir corriendo del lugar. Por un momento mi tiempo se detuvo ante la mirada fija e inocente de ese campesino cuyo significado se hacía cada vez más grande. No supe que hacer. Me rendí y huí con un gran cargo de conciencia, pues al dejar atrás la escena el señor continuaba llamándome y pidiendo mi ayuda. Se me cayó el mundo y realmente supe el significado de bajarse de la nube y pisar tierra. Ese evento removió gran parte de mi pensamiento cotidiano, tuvo que pasar muchos días hasta que dejara de pensar en ello y sobre todo de sentirme culpable por algo tan simple. Cada vez que pienso en ello, creo que fui un gran cobarde y hasta miserable al no atender el llamado de la gente indígena. Y es precisamente el tipo de experiencia que permite poder contrastar y evaluarse uno mismo. Creo que es la única forma de luchar contra ese enemigo interno y mafioso que dice una cosa y hace otra. Mi humanidad necesitaba con urgencia ajustes.
Cada vez que voy al campo o siento el mugir de las vacas recuerdo esa experiencia milagrosa, pues ya de adulto veo las cosas con mayor ángulo. La pachamama es capaz de poner piedras en el camino a fin que tengas la cordura y tino de caminar sin tropezarse.
Fuente: http://www.takiruna.com
AMO TODA ESTA CULTURA…ESTOY EN EL MEDIO DEL CEMENTO EN UNA GRAN CIUDAD,,BUZCO TODO EL TIEMPO COMPAÑIAS LUGARES ,,Y SE QUE TENGO UNA GRAN NECESIDAD DE UN DIA NO SE CUANDO NI COMO, ENCONTRARME CON MIS ANSESTROS, CON LA QUE ME DIO VIDA MI PACHAMAMA, ASI LO CIENTO…..NACI EN UN PUEBLO DE LA PROVINCIA DE MISIONES y ME MAL,,,,CRIE° EN BUENOS AIRES, UN DIA MI PACHAMAMA ME DARA MI LUGAR SOÑADO Y SE QUE NO SERA MUY LEJANO ESTO, TE AMO PACHAMAMA…EN MI CASA EN PLENA CAPITAL TENGO UN TRIBUTO CON PIEDRAS Y SIEMPRE PONGO SEMILLAS A MI PACHAMAMA Y UN POCO DE AZUCAR COMO PARA ENDULZAR MI VIDA. YOLANDA °PILLACO@HOTMAIL.COM, YA TENES MI CORREO LLAMAME PACHAMAMA JAJAJA ME RIO CON VOS!!!!!
Me gustaMe gusta