LA PRÁCTICA DEL QHAWAY CONSCIENTE
Por Arnaldo Quispe
En una primera parte ya se ha argumentado que el arte denominado PACHAQHAWAY es lo que más se aproxima a la meditación oriental u occidental, aunque los términos se agrupan en la misma línea, el Qhaway va más referido a la contemplación. En este caso no se debe entender la contemplación andina -en términos reduccionistas- como una mera observación mental o relacionarla con la pasividad de la mente como estado único, en buena cuenta esto sólo sería parcial.
El qhaway es el acto de contemplación dinámica, un tipo de atención plena como estilo de vida, bien plantado en la tierra, que para los andinos es fundamental y hasta universal. Este arte resumido esta vez en Pachaqhaway, reune una disciplina entre tantas del buen vivir (sumaq kawsay) y que apunta al desarrollo pleno de la presencia y del vivir en el presente, en el aquí y en el ahora como eje común de la realidad.
En este caso, bien vale la pena insistir que la práctica del qhaway se asocia en mayor medida a la disciplina occidental denominada mindfuness, debido a se comparten de plano algunas características, sobre todo en la parte del aspecto práctico. Como bien sabemos hoy por hoy el arte de Mindfulness es toda una ciencia y terapéutica del manejo de la atención como medio o estilo de vida que centra a la persona y la alinea en un mejoramiento continuo del estado de consciencia y la vitalidad. En el caso del arte Pachaqhaway lo apenas expuesto es de fundamental importancia si de lo que se trata es de tejer puentes con otras disciplinas e integrar conocimientos ancestrales con propuestas relativamente nuevas como la Mindfulness.
Vayamos entonces al grano y toquemos las principales columnas del arte Pachaqhaway, merced a lo cual voy a describir algunas de sus caracteríticas que facilitarán los ejercicios prácticos propuestos al final de este artículo.
a) El Pachaqhaway se centra en la realidad consciente, que es la suma de dos aspectos a considerar: una microrealidad (personal) con otra colectiva y compartida (social). En ambos casos la integración de ambas apreciaciones permite lograr un convenio único que da paso al mundo relacional pluricomunitario ineludible y fundamentalmente humano.
b) El Pachaqhaway considera un contexto primario dirigido a integrar el universo interior del exterior. Todo lo que está dentro en la propia unidad es universo personal. Y todo lo que está afuera -si bien se basa en percepción del mundo a partir de la propia consciencia- es el universo exterior.
c) El Pachaqhaway no limita la división del tiempo en los aspectos lineales de pasado, presente y futuro. En el mundo andino el tiempo es más bien circular y todo va llegando porque el mundo va circulando. Nuestra vida viene a considerarse como un ciclo, un ciclo que da vueltas y los actos se van repitiendo y algunos se van almacenando dentro de ese mismo contexto de espiral. Con esa lógica el mundo del pasado se va repitiendo gradualmente, como si se tratasen de hechos que viven en nuestra memoria. El mundo del futuro está allí observándonos y esperando porque pueda deducirse de la mejor manera en el presente. En el mundo andino por ejemplo la reencarnación no es un concepto que se pueda masticar fácilmente y más bien recae en la ventaja de pasar a un estado de transición (muerte) que nos mantendrá y devolverá a la luz del presente en el reyno del Hanan Pacha.
d) El Pachaqhaway maneja esencialmente una retórica que nos centra permanentemente en el presente, en la presencia y el aquí y ahora. Lo que vale es lo que tenemos ahora, por lo que estamos haciendo y lo que está precisamente sucediendo en este momento, es el único nivel que podemos manejar y cambiar. El presente es como el momento de interrelación entre pasado y futuro en el aspecto lineal. Por ello la crucial importancia de mover mayor energía a este estado de consciencia inmediata que redundará directamente en la contemplación y la acción.
e) El Pachawahway asigna una fundamental importancia al poder de la intencionalidad. En este caso la intención es el acto de asignarle un gran poder a la propia consciencia humana, a su poder de mover montañas y cielos con el solo hecho del pensamiento y la fé memorable y colectiva. La intención es la piedra angular que direcciona la consciencia en el punto objetivo y crea memorias, como para recordar por donde viene esta energía y así reproducirla en el presente continuo.
f) El Pachawahway es contemplación en movimiento. Esto es atención plena en acción, por lo que no se trata de crear programas que nos adecuen a los clásicos 15 minutos de atención en objetos o cosas, esta capacidad humana es más bien dirigida a crear un estilo de vida en donde solo hay que despertar y realizar acciones trascendentes, plenas y hasta con gran pasión, esto rinde la vida en plenitud, una plenitud que el poblador andino goza desde una vida simple en las montañas heladas o con escazos recursos, en pobreza material pero de gran riqueza espiritual. Este es el verdadero -a decir del qhaway- de las bondades de masticar hoja de Coca por ejemplo, que la planta entra en relación y conexión con el masticante y con el mundo que lo rodea, creando una sensación de fuerza y vitalidad que le permite operar aún cuando las exigencias del clima y del tiempo son adversas.
g) El Pachaqhaway es un arte que eleva el estado de consciencia. Esta consideración se da por descontado y brinda el camino para un mejoramiento continuo en diversos aspectos de la vida terrenal y espiritual de la persona comprometida. El practicante es en este sentido un buscador y caminante de su propio potencial interior, cultiva dentro de su vida pragmática un asiduo y perspicaz manejo de métodos y herramientas a fin de aproximarse a ese estado de ampliación de consciencia que es permanente y que se define por el camino a seguir… antes que la llegada a una meta definida y deseada.
h) El Pachaqhaway es un arte integrador. Esta característica permite que el practicante pueda sumar otras prácticas andinas y no tan andinas, siendo este aspecto de integración tan abierto y complejo que no tendrían que surgir dudas entre diferentes posiciones o disciplinas en este mundo global. El verdadero practicante no entra en contradicciones y más bien se permite aunar sus propias experiencias y conocimientos sin mayores conflictos.
Considerando estas caracterísicas podría proponer algunas prácticas sencillas dignas de ponerlas en ejercicio en la vida cotidiana, por lo que el tema central de estos ejercicios será el de la conexión con el contexto personal y hasta exterior.
1) Ejercicio de reconocer el tercer ojo. Relájese y póngase cómodo. Cierre los ojos y respire profundo. Desde este momento Ud. tendrá que imaginar en primer lugar que tiene un tercer ojo entre las cejas o por en medio de la frente. Luego imagine que se trata de un ojo que se localiza muy profundo, en el medio de su cerebro y que este ojo comienza a despertar y abrirse. En este momento Ud. puede observar muchas cosas que antes no ha visto acerca de su vida. Imagínese que su tercer ojo le va a dar algunas revelaciones (solo imagíneselo)… puesto que así se comienza con este ojo mágico. Ahora responda las siguientes preguntas: ¿Quién soy yo?, ¿Que estoy haciendo con mi vida?, ¿Mi vida me gusta?, ¿Me gusta lo que estoy haciendo o donde estoy en este momento?, ¿Me gusta mi tercer ojo?, ¿Cómo podría utilizar mi tercer ojo en otras cosas?. Solo estas preguntas por ahora. Reflexione por unos minutos. Luego respire profundo y concentre su energía en el presente, abra los ojos y el ejercicio abrá terminado.
2) Ejercicio de conectarse a la montaña. Relájese y adopte una posición cómoda. A partir de este momento cierre sus ojos y realice unas tres respiraciones profundas, esto le permitirá centrarse y serenarse a fin de elevar su potencial mental. Desde este momento imagine que se encuentra sentado en frente de una montaña, mejor si la montaña es conocida por Ud. Imagínese que el contexto es de día y el paisaje es bellísimo. En este momento trate de percibir el calor que da el Sol, perciba luego el viento fresco, perciba el sonido de las aves (si las hay) o de un río. Desde este momento trate de sentir el aroma de la hierba o de la propia tierra. Perciba luego la magnitud de la montaña, su grandeza y esencia. Perciba su quietud y silencio. A partir de este momento perciba e imagine como si la montaña cobrara vida y le hablara. Con suma apertura trate de imaginar que Ud. le pide permiso a su montaña para sentir y compartir su fuerza. Imagine que ahora Ud. es la montaña y responda: ¿Cómo me siento como montaña?, ¿Qué ventajas geográficas tengo como montaña?, ¿Qué aspectos puedo ver de mi mismo siendo montaña?, ¿Cuáles son mis cualidades y defectos siendo una montaña?, ¿Qué siento por la humanidad siendo montaña?… Reflexione por unos minutos sobre estas preguntas y luego que haya terminado respire profundo y abra los ojos, ahora está en el presente y el ejercicio ha terminado.
3). Ejercicio de agradecer por lo que hace. Este ejercicio se basa en el simple hecho del agradecimiento por lo que está ocurriendo. Desde este momento deténgase por un momento, póngase en una posición cómoda, respire profundo varias veces, cierre los ojos y concentre su energía agradeciendo por estar donde está. Solo le vale agradecer tal vez sin motivo alguno. Esta vez solo imagínese que cada cosa que le viene a su mente, aún si es un recuerdo o un pensamiento, cada cosa merece un agradecimiento (sin motivo) solo agradezca y al hacerlo otorguele mucha energía de satisfacción. Como si en el pasado haya Ud. recibido un premio o un regalo, y luego haya agradecido por ello con enorme beneplácito. Esta vez trate de llevar al presente algunos hechos concretos y luego solo agradezca…. Para comenzar agradezca lo que Ud. está haciendo, agradezca que se encuentra relajado -solo hágalo-, luego agradezca que Ud. está motivado por este tema que está practicando, luego agradezca a su cuerpo por respirar y nutrirse de aire renovado. Luego agradezca por su cuerpo, por su salud (solo hágalo), agradezca la vida que tiene, agradezca por los suyos (quiénes lo acompañan), agradezca por su trabajo, sea muy grato por lo que hace y por el sueldo que gana. Agradezca por sus familiares, sus amigos y sus proyectos. Es hora de agradecer y centrarse en lo maravilloso que puede ser vivir agradecido sin importar por donde venga o a donde quiera llegar con esto. Sientase un agradecido y eso basta. Luego reflexione por esta práctica… por unos minutos medite sobre ¿Cómo le fue?, ¿Le ha servido de algo agradecer por agradecer?, ¿Siente Ud. una energía especial cada vez que da un agradecimiento?. Luego céntrese en el presente, retome su consciencia, respire profundo tres veces y abra los ojos. El ejercicio ha terminado.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo trabajar con la energía Qhaway, que en modo particular hace uso de todo tipo de herramientas con un poder ilimitado. Estas prácticas le permitirán asumir un punto de vista más amplio del modo cómo se trabaja este arte Pachaqhaway en el modelo andino.
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Fuente: http://www.takiruna.com
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