Por Arnaldo Quispe.
El canto es una manera de expresión y tiene sus particulares propiedades de curación. Pero la curación parte del orden espiritual, pues desde allí los otros niveles comienzan a armonizarse. Este arte sin embargo, no tiene mayor relación con saber cantar ni modular la voz, por lo menos eso aprendí años atrás de mi maestra:
– Para cantar a la madre tierra no necesitas ser un cantante profesional, solo debes ser tu mismo y liberar tu voz, es algo así como ser un pájaro cántor y echarle sonido al viento.
Pues vaya, como esto era interesante para mis oídos, mi atención era total. Luego continuó:
– Para cantar a la madre tierra no necesitas imitar ni agradar a nadie. Solo canta intentando ir de la mano con las melodías del cósmos y que tu voz sea un canal al servicio de esa fuente de energía, solo déjate llevar. Tu voz es tan original como el ADN que compone tu cuerpo. Si tu voz se pareciera al de los cantantes famosos ¿qué originalidad tendrías?. Por ello, siempre debes confiar que la inspiración que salga de tu boca es la melodía perfecta para un universo siempre perfecto.
Así aprendí de ella a no imitar a nadie. En adelante, el canto sería de vital importancia en cada ceremonia o ritual y siempre que recuerdo esta lección me imagino un pájaro cántor tan libre como sus sonidos al viento.