Apu Saywa

APU SAYWA
Cuando menos esperas las cosas llegan de una manera natural.
Esta vez sin planes ni expectativas el subir la montaña Saywa se hizo camino al andar.
A diferencia de otros años esta vez fue sin la compañía de nuestro guía Don Pepe propietario del albergue homónimo Saywa.
De repente los pies y una gran alianza con los Apus hizo que el camino en zigzag nos saliera al paso a pesar de lo alto de la maleza y los pastos apenas bañados de la temporada andina de lluvias.
Casi sintiendo la tierra al tacto, como cuando los pies se alzan con gran sabiduría interior e intuición. Esta era una espléndida oportunidad para tomar contacto con el Apu, con su fiesta de flora y fauna andina.
El Sol del taita Inti, el espíritu de la lluvia, el kuychi (arcoiris), el viento del wayra, el rocío y el olor a tierra húmeda fueron nuestros aliados y comprender que somos parte de esta naturaleza esencial fue la mejor respuesta de aliento interior.
La verdadera meta era el camino hacia la cima, que es como salir al encuentro de Pachamama, la madre tierra que nos une y nos da el mejor regalo de todos: conexión con la naturaleza y con nosotros mismos al fin de cuentas.
En la cima… las dos torres Incas intactas, inmodificables, detenidas por el tiempo y protegidas del turismo masivo por lo imponente que representa subir una montaña sagrada casi empinada.
Las torres pretenden conectar el cielo y la tierra, ese era el intento de sus constructores y están cargadas de esa memoria.
Gracias Pachamama y gracias Apu Saywa por tan hermosa experiencia.
(Por Arnaldo Quispe: «Un episodio en el Apu». Web: www.takiruna.com)

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